miércoles, abril 17, 2019

Eterno


La muerte de alguien cercano me recuerda que soy un ser temporal. Las otras muertes, la de los que no conozco, la que son tapas de diarios o las que simplemente suceden en guerras, accidentes o lo que sea, no me son indiferentes; pero no impactan en mí de la forma en la que lo hace la muerte de un conocido. Siempre me acuerdo de Hugo, un pibe de mi barrio que, cuando murió, tendría unos diez años. Jugando con una bicicleta aurora a saltar en unas lomas se descabezó. No recuerdo el funeral, ni que hayamos acompañado a la familia al cementerio. Sí que, una brisa de tristeza, nos quedó dando vueltas a todos por bastante tiempo. Después murieron mis abuelos, un tío al que quería mucho, mi padre y, cada tanto, cuando me empiezo a andar por la vida como si fuera dueño de ella, me desayuno con la noticia de que, alguien con el que compartí y que de alguna manera conocí, se murió, así, sin siquiera dar aviso. Y es ahí cuando me quedo como en pausa. Cuando adquiere otro sentido los encuentros, los abrazos, las llamadas y todo aquello que no hacemos por andar por la vida como si fuéramos eternos.

lunes, abril 15, 2019

Fonoteca por Malvinas


Congelados, heridos, cubiertos de petróleo, quemados, conmocionados, deshidratados, izados uno por uno a mano, con sogas y arneses, empezaban a ser desvestidos y luego abrigados y atendidos. Lloraban de felicidad. Otros no. Apenas se movían. Estaban a punto de congelarse y por eso se limitaban a mirar y a asentir, con movimientos lentos. El frío los había afectado tanto que ni siquiera podían cerrar los ojos. Los vi y pensé sí yo había brindado ese mismo espectáculo de desprotección y fragilidad.

Texto extraído de la pag.137 de la novela Puerto Belgrano – Juan Terranova 


Zafar

-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...