Si cada cuerpo
alberga una eternidad
que llamamos alma,
por qué temerle tanto
a la muerte....
No digo resignarnos
pero si aceptarla, reconocerla,
asumirla como parte de la existencia
para poder vivir.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
Si cada cuerpo
alberga una eternidad
que llamamos alma,
por qué temerle tanto
a la muerte....
No digo resignarnos
pero si aceptarla, reconocerla,
asumirla como parte de la existencia
para poder vivir.
En mis pesadillas
sueño,
despierto,
que mi cuerpo
se ha vuelto una guarida
en la que se refugian
las palabras
que no supe decir.
La meteorología
como todo pronóstico
encubre una amenaza
impone un temor
siembra un miedo
obliga a guarecerse.
Nevadas y viento intenso,
dice que habrá...
No lo pienso,
me abrigo y salgo
Afuera
la intemperie
se puede palpar
afuera
la inclemencia del tiempo
siempre es más real
-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...