Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
¿no crees que muchas veces hay viejo que renace al considerarse ANTIGUO? bss
ResponderBorrarLo viejo rejuvenece cada vez que lo sabemos "ver"- Lo viejo bien mirado se vuelve añejo, sinónimo de clásico o de valioso.Lo clásico es lo que reaparece cada tanto ante nuestros sentidos......
ResponderBorraresa ventana, ese balcón, esas paredes añosas parecen un cofre de recuerdos y es así como me gusta verlos. preciosa fotografía. como siempre.
ResponderBorrarah! el otro día vine y me leí los 15 capítulos de Textual, de un tirón. no tengo que comentar nada más.
un abrazo
Dos líneas que encierran un universo de sentimientos. Genial.
ResponderBorrarUn beso
P.D.- Ah, y la foto también genial.
ESe día dejarán de tener identidad los pueblos, las calles...so esos fantasmas los que les dan vida. Un abrazo. carlos
ResponderBorrar