Ayer, después de un largo invierno, salí a mi patio.
Preparé una melga de tierra y sembré papas. Acomodé un poco
los ajos, que ya asoman con fuerza. Limpié los cursos de agua de las vertientes
para que el agua circule. Podé algunos sauces que dan a la calle. Conecté las
mangueras de riego.
Un día primaveral. Terminé la jornada, cansado, pero feliz.
—Mañana —dije—, voy a empezar a preparar los primeros
plantines, seguiré con la poda de los rosales y comenzaré a preparar el
invernáculo para la temporada.
Hice planes, confiado en que el invierno ya fue y que, los
días por venir, van a tener la calidez que ha tenido esta jornada.
Hoy, 20 de septiembre, me levanté temprano, corrí las
cortinas de la ventana y afuera, el señor invierno, me dijo; aún estoy acá, no
me ido, tus planes no son mis planes.
Y si bien me sorprende el cambio, porque debo dejar mis
planes de lado, no dejo de alegrarme, por esta nieve que cae lentamente y que
muy bien le vienen a mis plantas.
Preciosa imagen para un texto descriptivo perfecto...Quiero decir....¡me gustaría estar allí! Besos
ResponderBorrarQue linda imagen...
ResponderBorrarMe gusta también lo que imagino al leer tu texto y recrear en mi mente todo lo que hiciste.
Y a disfrutar también de la nieve, porque a lo mejor es su forma de despedirse...
Un beso grande!
imagen y palabras a la medida de una taza de chocolate calentando las manos, y la ventana que da al patio.
ResponderBorrarun beso
Como cada vez, tu fotografía me atrapa. Y luego el resto.
ResponderBorrarQuè lindo que metas las manos en la tierra celebrando la vida.
Después de una larga ausencia, regreso...un placer leerte de nuevo. Besos!!
ResponderBorrarPrecioso todo :)
ResponderBorrar