Voy subiendo la cuesta. El paisaje es tan agreste que conmueve por sí mismo. No hay
espacio ni distancia comparable. La soledad sumada a la inmensidad, hace que
sienta que puedo tocar el cielo con las manos.
Ya estoy en lo más alto.
Siento que ha valido la pena llegar hasta aquí, para ver
este cielo y estas montañas, en donde me siento distinto a todo lo que he experimentado hasta aquí.
Giro y, de pronto, la encuentro a ella, refugiada entre
esas mismas piedras en las que sus manos
tallan imágenes ancestrales, como aferrada al paisaje.
Me acerco, la miro, respiro profundo y es como si me
transportara al pasado, a ese tiempo ancestral que late vivo en medio de la
quebrada.
Fue fácil acompañarte en esa subida, y luego encontrarla a ella tallando empecinada su pasado y sus saberes tantas veces arrebatados.
ResponderBorrarBeso
Estercita
Me colgué mirando las otras fotografías, se ven y se escuchan, es apasionante
ResponderBorrarLas emociones se disparan a tantos metros de altura.....La foto es preciosa. Besos
ResponderBorrarella es una imagen ancestral que se talla a sí misma. se me emocionaron los ojos y el alma. tan suave y tan dura esa mujer, ahí. tan vulnerable, susceptible, protegida. te envidio la experiencia.
ResponderBorrary otra vez, gracias, alberto, por tus ojos!
Diríase que lleva allí desde el primer dia de la Creación...
ResponderBorrarQue siempre estuvo.
Salu2
Viajar al norte es meterse en la máquina del tiempo. Es una experiencia maravillosa.
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