No necesito pensar, como no necesito remar, solo desplazarme, aprovechar el ritmo del oleaje y dejarme llevar.
No busco un milagro, por eso debe ser que no he probado caminar sobre las aguas.
Estoy en esos días en los
que me alcanza con flotar.
Y digo flotar
y no salir a flote, porque no he tocado fondo, aún no.
Solo he probado
sumergirme un poco en esta realidad azulada, y he tratado, aunque con poco éxito, de encontrar un rumbo.
El oleaje me puede, por ahora, por eso elijo dejarme llevar.
me has recordado una escena que me gusta mucho de la película El graduado. En ella el protagonista está en el piscina absolutamente quieto sobre una colchoneta hinchable cuando el padre le pregunta...¿qué haces?
ResponderBorrary él responde...nada, voy a la deriva, aquí en la piscina
-¿por qué? insiste el padre
-porque es cómodo ir a la deriva...
Es una comodidad que a veces perturba...
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