Cómo hacer para no sentir que el
mundo se está yendo al carajo. Siempre pienso en los dinosaurios, en su tamaño
y en cómo, para el imaginario de muchos, eran animales muy fuertes y muy
peligrosos. Y pienso en cómo desaparecieron del planeta sin pena ni gloria. Si
no será fatalmente ese también nuestro destino como especie. Con tanto
tiranosaurio haciéndole daño al planeta no es arriesgado sentir que muchas de
las cosas que nos pasan son sólo un anticipo de un nuevo ciclo en el que planeta
reciclará a la especie que más daño le hace para empezar de nuevo.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
Pienso igual. Y el ejemplo de los dinosaurios es atinado. Por alguna extraña razón el mundo ha resuelto suicidarse. Un abrazo desde Suspendelviaje con rumbo sur.
ResponderBorrarL.