lunes, octubre 17, 2005

En la ciudad donde algunas cosas no tienen precio


"Podemos comprar el tiempo de las personas; podemos comprar su presencia física en un determinado lugar, podemos incluso comprar algunos de sus movimientos musculares por hora. Sin embargo, no podemos comprar el entusiasmo…, no podemos comprar la lealtad, no podemos comprar la devoción de sus corazones. Debemos ganar esto."
Clarence Francis

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