Ir al contenido principal

Erosionado

En mi memoria guardo el registro de estos muros cuando recién fueron construidos.

Cuatro décadas más tardes, es como si hubieran envejecido.

Nada, ni siquiera un revoque, podría disimular las consecuencias que en sus paredes dejaron los vientos patagónicos.

La erosión progresiva va limando las frágiles juntas de las hileras de bloques dejándolas sin sostén.

Se me ocurre pensar que representan, de alguna forma, las otras construcciones que fuimos haciendo a lo largo de nuestra corta vida. Que son como una metáfora de cómo, la intemperie social que nos caracteriza a los sureños, puede desgastar hasta las voluntades más férreas, haciéndolas tambalear.



Comentarios

  1. la erosión es inevitable, prefiero una superficie suave erosionada a no una con aristas accidentadas

    ResponderBorrar
  2. Pero la paciencia del tiempo nos hace más fuertes amigo ;)

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  3. Creo que no hay fortaleza sin erosión
    Un abrazo

    ResponderBorrar
  4. Los años no pasan en balde. Y es curioso porque dejan huella a la vez que desgastan.

    Bonita foto. Parece adobe.

    Besos

    ResponderBorrar
  5. Impecable y sutil observaciòn. El no cuidado!
    La desidia, el dejar pasar las cosas importantes.

    Abrazos descalzos!

    ResponderBorrar
  6. Buen ejemplo.
    Los años son tan fuertes como los vientos patagónicos.
    O más.

    Saludos.

    ResponderBorrar
  7. Cada vez que veo una muralla, siempre intento imaginar a aquellos que la construyeron, o aquellos que vivían y cómo en aquella época.

    Me parecen un signo de fortaleza, imponentes...

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  8. Bonito símil el de la erosion con nuestra propia vida...ese desgaste de las aristas personales, va esculpiendo nuestro caracter y nuestra vida. Es como ir creciendo en sabiduria, aunque nos caigamos de viejos,como esas paredes.Hay que intentar mantenerse en pié, hasta el final.

    ResponderBorrar
  9. Que bonito ejemplo!!!
    Los años pasan y gracias a ellos vivimos y aprendemos a vivir!!
    besos!!

    ResponderBorrar
  10. Todo es caduco,
    el pasar de los
    tiempos en todo
    hace mella,así
    es la vida.

    Un gran abrazo

    ResponderBorrar
  11. Pero ahí sigue, en pie, a pesar de las inclemencias, del tiempo y de la erosión. Más viejo, pero con muchas más cosas que contar seguro.
    ¡Si las paredes hablaran!

    Besos.

    ResponderBorrar
  12. Es como nuestras propias vidas.
    Los años nos erosionan, pero, como dicen en los campos chilenos "Nadie nos quita lo comío y lo bailao".

    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  13. El tiempo todo lo desgasta...Nosotros tampoco nos libramos de ello.

    Muchos besos.

    ResponderBorrar
  14. Me gusta eso de "la intemoperie social".

    ResponderBorrar
  15. ...

    Recorrí una por una.
    Lei sobre un abuelo enfermo, sobre un atardecer que en lugar de dar termino, inició una idea; me encontré con el diálogo de aves en escenarios húmedos y fríos.

    Pero me quede llena de envidia con tus paseos en lancha,imaginandote abrazado por la naturaleza.

    Saludos.

    Mafalda

    ResponderBorrar
  16. A veces el paso del tiempo nos erosiona, unas veces sacamos experiencia de ello..aprendizaje. Besos

    ResponderBorrar
  17. El tiempo no deja resquicios por los que escapar. La erosión, el desgaste, su paso...son inevitables. pero con Él llega la experiencia, lo vivido y por vivir, y eso es hermoso. Besos mil!!

    ResponderBorrar
  18. Buena analogìa. El secreto es aceptar las cicatrices de la vida.

    Un abrazo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Encuentro

Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...

De socios a chantajistas

Es difícil imaginar como se lee desde el lugar del gobernante una derrota. Pero voy a arriesgar un escenario posible: imagino al Gobernador acorralado, por un lado el pueblo con su voto desaprobó la gestión y por otro desde arriba le retiran el paraguas, que de una forma u otra lo acompañó desde que asumió. Solo en este contexto se puede entender la siguiente afirmación: Basta de chantajear con que si no me extienden las áreas no invierto , que no necesita ni una coma para ser tomada como una denuncia clara y concreta contra los que explotan el petróleo en Santa Cruz y que de acuerdo a los expresado por nuestro gobernador están dispuestos a hacer explotar a nuestra provincia. Fuente: La Opinión Austral

Facón Grande

Cuatro tiros y a la zanja ya lo dijo el coronel no sabe que hay una tumba que lo está esperando a él que lo está buscando a él, dice el estribillo d e l tema que el Gato Osses  compuso para Facón Grande, , el gaucho entrerriano que lideró en la zona de Jaramillo las huelgas obreras de 1921 y que se entregó al Ejercito Argentino -junto a una peonada- para  terminar fusilado de manera cobarde y traicionera.   Si uno viene por la ruta, en el desvío a Puerto Deseado, encontrará el monumento que se levantó en su memoria.  En La Patagonia Rebelde, la película que Olivera hizo en base al libro de Osvaldo Bayer, Federico Luppi representa el personaje de José Font y como suele decir Osses, el personaje termina desplazando a la persona que fue, ya que queda claro que el artista tomo la imagen de la película para realizar la obra.  No se si será importante saber que los gauchos por estos lados -donde los vientos suelen volar hasta los techos de las casas- no usaban s...