Estas molestas por algo, preguntó él. No, dijo ella y siguió tecleando palabras sin sentido en su computadora. El bajó el volumen del televisor. Me vas a decir que no te pasa nada, insistió, ya un poco molesto. Si, dijo ella, es eso, me pasa nada y estoy como cansada de eso, que ya no pase nada. El portazo hizo temblar al departamento y él solo atinó a subir el volumen del televisor.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Para nosotras "nada" siempre significa ALGO...
ResponderBorrar¡Qué torpe él! ¿no? Besos
ResponderBorrarla entiendo perfectamente...aunque a mí nadie me pregunta
ResponderBorrarlo suyo es bastante peor
Ese "nada" es de lopeor que puede pasar...
ResponderBorrarSaludos!
"Nada" hace un ruido ensordecedor...
ResponderBorrarSalu2
La nada puede ser mucho, puede ser "todo"...
ResponderBorrarAbrazos!
son afirmaciones que nos avientan ante el terrible muro de la Nada.
ResponderBorrarUffff, esa conversación de suena! ¿Falta de comunicación? Qué va! Ya está todo hablado.
ResponderBorrarSaludos
Conchi
no existe... nada
ResponderBorrarNADA
ResponderBorrarMUSIQUITA PARA ALEGRARSE LA VIDA
Qué terrible es esa nada. Pero más terrible aún esa incapacidad para reaccionar y llenarla.
ResponderBorrarBreve y muy bueno el texto, aunque doloroso.
Un abrazo