Estas molestas por algo, preguntó él. No, dijo ella y siguió tecleando palabras sin sentido en su computadora. El bajó el volumen del televisor. Me vas a decir que no te pasa nada, insistió, ya un poco molesto. Si, dijo ella, es eso, me pasa nada y estoy como cansada de eso, que ya no pase nada. El portazo hizo temblar al departamento y él solo atinó a subir el volumen del televisor.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
Para nosotras "nada" siempre significa ALGO...
ResponderBorrar¡Qué torpe él! ¿no? Besos
ResponderBorrarla entiendo perfectamente...aunque a mí nadie me pregunta
ResponderBorrarlo suyo es bastante peor
Ese "nada" es de lopeor que puede pasar...
ResponderBorrarSaludos!
"Nada" hace un ruido ensordecedor...
ResponderBorrarSalu2
La nada puede ser mucho, puede ser "todo"...
ResponderBorrarAbrazos!
son afirmaciones que nos avientan ante el terrible muro de la Nada.
ResponderBorrarUffff, esa conversación de suena! ¿Falta de comunicación? Qué va! Ya está todo hablado.
ResponderBorrarSaludos
Conchi
no existe... nada
ResponderBorrarNADA
ResponderBorrarMUSIQUITA PARA ALEGRARSE LA VIDA
Qué terrible es esa nada. Pero más terrible aún esa incapacidad para reaccionar y llenarla.
ResponderBorrarBreve y muy bueno el texto, aunque doloroso.
Un abrazo