Ir al contenido principal

Tanto va el cántaro a la fuente...


Se venia el final del primer mandato de Néstor Méndez como intendente. Mandato que se había caracterizado por dos hechos que ponían en jaque las posibilidades de reelección para el periodo 1999/2003: la aparición de triquinosis por el consumo de carne porcina sin control bromatológico y el defalco por el cobro de la patente de remisse en la secretaría de turismo, que no se depositaba en la caja municipal, concentraban la atención de los vecinos.

Las dudas sobre si era viable su candidatura sobrevolaban sobre el Intendente, que no podía explicar cómo se había escapado a su control minucioso del manejo fondos que lo caracterizaba el cobro en efectivo de la patente de remisse. En un acto reflejo, cuando ya el agua le llegaba al cuello, decidió desplazar del cargo al principal responsable del área, a Erico Kalhke e iniciar un sumario administrativo para deslindar responsabilidades, que finalmente terminarían tramitándose en el los estrados judiciales.

También decidió el desplazamiento del responsable del control bromatológico, para deslindar su responsabilidad en el consumo de carne de cerdo con triquina, que afectó a una docena de vecinos de la comunidad, entre ellos, a varios menores.

En los dos casos, Méndez mostró un comportamiento, que caracterizaría su gestión por los próximos ocho años: aparecer como el responsable de las cosas cuando salen bien y desobligarse de su función cuando las papas queman.

Era una manera de zafar y le permitía pensar para adelante, descomprimiendo fundamentalmente la atención de los vecinos en su persona, para poder así decidir más tranquilo los pasos a dar en el proceso político que se avecinaba.

En ese contexto, Méndez decidió pelear la reelección e inició la campaña de maquillaje político para disimular los desaciertos. como parte de esas acciones se destacó la refacción de la plaza de la fuente, que hasta ese momento solo concentraba algunos juegos. Encargó el proyecto y comenzó los trabajos, que contemplaban la organización de un espacio de esparcimiento, con balcones sobre la ladera de la loma que delimita hacia el este a dicho predio.

Pero el fuerte de esta plaza estaba en la fuente, todo un atractivo para una ciudad que no contaba con ese tipo de detalles en sus espacios públicos. La apuesta era contundente “con esta placita ganamos las elecciones, ponemos unas farolas en el boulevard y algunas plantines con flores y la gente se olvida de todo”.

No estuvo tan equivocado. 

Inauguró la plaza sin terminar, solo con la fuente, las farolas y los plantines y obtuvo su reelección.

La obra nunca se terminó. No solo no se terminó, sino que la fuente se desmanteló. A los pocos meses, se dio la orden de desarmarla y de mandarla al deposito en donde Méndez guarda las cosas publicas que ya no volveremos a ver y que pronto develaremos, como un aporte a la transparencia que la comunidad a comenzado a demandar.

Entradas más populares de este blog

Encuentro

Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...

De socios a chantajistas

Es difícil imaginar como se lee desde el lugar del gobernante una derrota. Pero voy a arriesgar un escenario posible: imagino al Gobernador acorralado, por un lado el pueblo con su voto desaprobó la gestión y por otro desde arriba le retiran el paraguas, que de una forma u otra lo acompañó desde que asumió. Solo en este contexto se puede entender la siguiente afirmación: Basta de chantajear con que si no me extienden las áreas no invierto , que no necesita ni una coma para ser tomada como una denuncia clara y concreta contra los que explotan el petróleo en Santa Cruz y que de acuerdo a los expresado por nuestro gobernador están dispuestos a hacer explotar a nuestra provincia. Fuente: La Opinión Austral

Letras Santacruceñas

  Alejándonos de estas islas para continuar nuestra ruta, alcanzamos a los 49°30’ de latitud sur, donde encontramos un buen puerto; y como ya se aproximaba el invierno, juzgamos conveniente pasar ahí el mal tiempo , escribe Pigafetta, en su bitácora de viaje, un 1° de abril de 1520, frente a la costa de Puerto San Julián. Al hacerlo, esboza lo que se reconoce como el primer escrito, en proximidades del territorio que más tarde será la Provincia de Santa Cruz, y establece una fecha de referencia que se adoptará como el “Día de las Letras Santacruceñas”. Discutible, la fecha. Era, hasta la imposición del 4 de agosto como Día del Escritor Santacruceño, la única que aparecía en nuestro calendario, como excusa ineludible para que nuestros escritores y su producción literaria, dispongan de un momento de encuentro, se compartan lecturas, se recuerde a algún escritor desaparecido, o simplemente se haga una mínima pausa para reflexionar acerca de que se trata esto de la las “Letras Sant...