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Mirada complice

Cuando uno ve todo lo que falta por hacer, parece imposible  imaginarse, que en poco tiempo, de esa trama de lana, saldrá una manta que abrigará del frio a quién sabe quien. 
Las mujeres se muestran laboriosas. Mientras algunas siguen hilando, otras ovillan y otras preparan los husos para continuar la tarea. Todas tienen dibujada en sus rostros una sonrisa que las acompaña y dejan ver –de vez en cuando- una mirada cómplice, como un código secreto que solo ellas conocen y que sin necesidad de decir nada, va dándole curso a la tarea. 
-Estamos preparando todo para mandar a la Fiesta nacional del poncho -comenta la que con sus gestos lidera el proceso. 
Pido permiso y tomo unas fotos, para luego seguir  mi recorrido por esta callecita norteña en la que me aguardan gratas sorpresas.

Comentarios

  1. Una manta que me dé calor....que estoy destemplada...Besos

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  2. Y pensar cuanto trabajo tienen esas mujeres para hacer algo, que luego es algo tan cotidiano y nos hace tanta falta!
    Besos!

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