Tengo la impresión que estás buscando en el lugar equivocado.
No voy a negar que el verte tan cerca me inquieta un poco, que despierta en mí
un raro recuerdo de esos tiempos en los que me sentía –como tantos otros- tan vulnerable
que tu sola presencia nos auguraba el peor final. Pero eso es solo un recuerdo,
no voy a dejar que perturbe este andar desinteresado que tanto me ha costado
encontrar.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
sabés, Amigo? anoche me dormí con el alma inquieta de preguntas y hoy vos me diste la respuesta!
ResponderBorrargracias por eso!
un abrazo
La tranquilidad ante ciertos peligros los hace menos amenazantes. Es algo que se aprende con el tiempo, a veces demasiado tiempo.
ResponderBorrarUn abrazo