Los podemos ver al costado de la ruta. No son muchos y -por su tamaño- hay que estar atentos para captarlos. Este, por su dimensión, me obligó a detener el auto, a bajar y a tomarle una foto. Su altura de más de dos metros y la armonía con la que fue construido es llamativa. Leí por ahí que los los totems resentaban una especie de identificación de cada clan, tribu o familia y simbolizan un conocimiento muy particular. Desconozco cual habrá sido el motivo de su construcción, que habrá llevado su esfuerzo y su tiempo. Es de imaginar que tal vez haya sido la intemperie patagónica con sus vientos que en esta zona -entre Tres cerros y Puerto San julían- soplan a mas de ciento cuarenta kilómetros por hora, lo que ha impulsado a los trabajadores que reparan la ruta a edificar tan imponente figura, confirmando en parte esa teoría que asegura que los mismos representaban un refugio seguro del alma para protegerla de los peligros.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
que interesantisima figura... de verdadque los totems me dejan pensando, cuantomisteri detras de ellos, nunca habia visto uno como este.
ResponderBorrarpor cierto, hrmoso el tono del cielo!
un saludote!!
El escenario es lo que se dice cautivante, como un rezo a la naturaleza.
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