Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Los arboles alojan pajaros y las piedras alojan fosiles. La vida aloja vida y la muerte solo recuerdos y cicatrices. Saludos
ResponderBorrarSi es que ....TODO es NADA, un lapsus de tiempo, en medio de la historia...es tan largaaaa. besos
ResponderBorrarUn poquito de arquelogía, de historia...
ResponderBorrarLa naturaleza nos
ResponderBorrardescubre sus secretos
vestigios de miles
o tal vez millones de años.
Besos
No deja de soprender lo lejano que queda a veces el mar y los fósiles que uno encuentra...
ResponderBorrarEl hombre que aún se cree eterno seguro que algún día será algo parecido al resto marino que has encontrado...
Un abrazo
Y gracias a ese milagro de la naturaleza sabemos que hace millones de años había vida...
ResponderBorrarUn abrazo
La naturaleza jamás dejará de sorprendernos!!
ResponderBorrarSaludazos!