Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
A veces, la calma me inquieta, y la espera? me da esperanzas...
ResponderBorrarSaludos ;)
la vida tiene dos caras, naturalmente.
ResponderBorrarDivinas incongruencias.
ResponderBorrarBeso.
Esperar es incompatible con la calma, al menos en mi universo.
ResponderBorrarUn besote
A veces saber mantener la calma ayuda a largo plazo, pero no es nada fácil, requiere tener la cabeza fría en momentos en los que todo hierve por dentro...
ResponderBorrarEs una conjugación exacta que hace la vida con este verbo.
ResponderBorrarUn abrazo
La espera necesita
ResponderBorrarde la calma.
Besos
Primero gracias por tu visita Alberto. Estoy echando un vistazo y ¡cómo me gusta lo que veo y leo!...Tengo que reconocer que sé mantener calma...pero me cuesta no desesperar...quiero resolver los conflictos y las tensiones e incógnitas lo antes posible.
ResponderBorrarBesos y nos leemos
Cuando todo está tranquilo nos intranquiliza. Sin embargo es muy bueno saber vivir los sagrados tiempos de espera. El vuelo será mucho mas alto y seguro! Un abrazo y gracias por todo.
ResponderBorrarmI HICISTE REIR MUCHO CON EXPRESION DE PREOCUPACIÓN GRACIAS POR PASAR Y UN BESO ENORME.
ResponderBorrarPuedo esperar, lo que no puedo es esperar tan calmada. Saludos
ResponderBorrarEs una frase proverbial: como una del rey Salomón, como una de Antonio Machado.
ResponderBorrarese cielo tiene unos colores maravillosos
ResponderBorrarla espera avisada es un descanso.
ResponderBorrarUn beso y gracias por tu visita.
Un beso
Gracias por visitar mi playa...
ResponderBorrarUn beso.
La espera sin calma, desespera. Preciosa imagen. Un abrazo!!!
ResponderBorrarA mí la espera me desespera siempre.
ResponderBorrarSaludos.
Qué fotografía tan hermosa.
ResponderBorrar¡Un beso enorme! :3
Esperar en calma...¿Cómo?
ResponderBorrarBella foto.
Maria
Hoy pense en tus imagenes, vi una imagen maravillosa, la cual soló se quedo plasmada en mi mente, se me acabo la bateria de la cámara digital! :(
ResponderBorrar¿Por que nos desesperará la calma?
ResponderBorrarSi se trata de esperar para poder capturar esta fotografía yo esperaría no sé si con calma, pero esperaría.
ResponderBorrarAbrazos.
La vida suele ser una extraña paradoja.
ResponderBorrarHermosas palabras, intensa foto.
Besos!