Daba vueltas y vueltas. La seguía muy de cerca. Ella hacia como si no le interesara. Él, imaginaba que un día –así como si nada- sus ojos le regalarían una mirada. Ella, más natural, sentía la proximidad del invierno y presentía su partida hacia lugares más cálidos. Acostumbrada a su cercanía, sentía que su existencia juntos, estaba resuelta.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
Los cisnes me fascinan. tan bellos y elegantes. Besitos!!!
ResponderBorrarA veces nos pasa tb a los humanos. La simple cercanía de la persona querida nos hace sentir que la existencia está resuelta, mismo que en realidad sea mucho más basta. Linda entrada! Abrazo.
ResponderBorrarQue hermosa foto!
ResponderBorrarY esa esperanza a que le entregara toda su mirada!
Un abrazo!
Bellísima foto para unas bellisimas palabras...Besos
ResponderBorraryo emigro al amor. así siento que mi existencia ya está resuelta.
ResponderBorrarun gran abrazo, amigo.
Preciosa foto y bonita entrada.
ResponderBorrarUn saludo.
Yo sigo pensando que no hay vidas resueltas por mucho que se empeñen algunos en predicarlo.
ResponderBorrarQué tranquilidad transmite la foto.
Besotes
es una belleza , descurir el alma en imagenes
ResponderBorrarme ha encantado esta parte...
ResponderBorrarEl, imaginaba que un día –así como si nada- sus ojos le entregarían toda su mirada
sí, me ha encantado
Me gustó mucho este post.La cadencia de tus palabras flota sobre el agua.
ResponderBorrarUn abrazo patagónico.