Miro el cielo de otoño y me queda claro que es de otoño, no por el cielo mismo, sino por las hojas amarillas de los álamos. Debe ser esta –de todas las estaciones- la que más me contagia de nostalgia. La que me dispone a caminar más lento. A contar mis pasos. A intentar demorar, de alguna forma, que el otoño me llegue a mí. Pero es también, la que más me calma. La que me permite contemplar -sin prejuicios- la belleza de este cielo.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
Puedo intuir la suave brisa moviendo las copas de esos arboles en ese fondo azul maravilloso. besos
ResponderBorrarEsos árboles, parecen saludarnos e invitarnos a descansar bajo sus copas. ¡Preciosa imagen! Un abrazo!!
ResponderBorrarYo también creo que el otoño es la estación más certera, la que más nos habl al oído. Ciertamente hace falta bajar la marcha y contemplar! Un beso
ResponderBorrarEl otoño sabe de nostalgias, por eso se presenta cada año e invita a disfrutar de la imagen de las hojas doradas!!
ResponderBorrarSaludos!
a mi me pasa lo mismo que a usté!
ResponderBorrarpero no lo digo tan bonito.
beso
Hola! Gracias por pasar por mi blog.
ResponderBorrarEsa foto bien puede ser un paisaje del otoño en Mendoza.
Saludos y buen finde.
STEKI.
La placidez del
ResponderBorrarotoño nos predispone
a los sueños, a la pausa.
Un cálido abrazo.
Gracias por la visita..., con tiempo, me siento a leer.
ResponderBorrarsaludos:
Ju
Es en otoño cuando más me embriaga la nostalgia, aunque creo que no depende tanto de la estación si no del estado de ánimo.
ResponderBorrarUn besote