Ir al contenido principal

Cuando salgo a andar

Cuando salgo a andar, lo hago convencido de que voy a llegar. Si la ruta es conocida, como en este caso, se -mas o menos- el tiempo que voy a tardar. Los casi mil kilómetros que me separan de Caleta Olivia, son un trámite más. Parar a cargar combustible, tomar un café y después solo andar, en las interminables rutas patagónicas. En Puerto San Julián  uno ya siente que esta más del otro lado. La lluvia se hace presente y la tarde da sus últimos manotazos antes de terminar abrazada por la noche. El viaje es apacible, la ausencia de viento hace que todo sea distinto en la Patagonia. Tomo una curva y alcanzo a verla venir. Una libre cruza en diagonal sobre la ruta. El impacto sobre el paragolpe es inevitable. Intento seguir, pero el sensor de temperatura me avisa que las cosas no están bien. Me detengo, levanto el capó y el panorama es desalentador. La base del radiador –toda de plástico- no resistió. Hasta aquí llegué.

Comentarios

  1. Mas allá de estos accidentes, bien propios de andar por la ruta, el comienzo del recorrido, a través de tu narración, se me hizo sumamente placentero, y tuve la sensación de las grandes distancias en la intima soledad con la naturaleza, que aqui nos perdemos.

    Abrazo!

    ResponderBorrar
  2. igual, a mi me gustó el fursio:
    "una LIBRE se me cruzo".
    es que la patagonia tiene ese no se que de que se yo, dicen...

    ResponderBorrar
  3. Qué ganas de viajar compartiendo unos mates. Lástima los percances. Seguí contándonos tus viajes

    ResponderBorrar
  4. Cuanta belleza te rodea. Que envidia che, vivis en uno d elos lugares mas hermosos del mundo.
    Saludos.

    ResponderBorrar
  5. Hola

    Para bien y para mal, los viajes son así: llenos de sorpresas. Siempre, aunque hayamos hecho la misma ruta varias veces, el camino se presenta ante nosotros distinto e impredecible.

    Suerte que estás bien.

    Saludos

    PS Y tiene razón marina: qué belleza de lugares

    ResponderBorrar
  6. Las sorpresas en el
    camino también tienen su
    punto, no se hacen
    tan aburridas, a pesar
    de ello la primera parte me pareció algo hermoso.

    Besos.

    ResponderBorrar
  7. Una vez iniciado el camino, no hay que olvidar nunca la meta...

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  8. Catela pues la muerte espera a la vuelta de la esquina, siempre espectante. Suerte.

    ResponderBorrar
  9. A ver Caleta Olivia.. fue hace unos 29 años que pasé...queda el recuerdo del gigante trabajador petrolero!

    abrazo

    ResponderBorrar
  10. No conzco el lugar. A veces un incidente pueder ser una buena anécdota en el futuro...

    ResponderBorrar
  11. Alberto, yo necesito saber cuándo y en qué formato escribís estas vivencias.

    Si me lo querés contar, claro...

    Besos

    ResponderBorrar
  12. Al menos te quedaste tirado en un paraíso.

    Besos

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Encuentro

Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...

Presentación de “Las huellas del frío” Feria Internacional del libro 2016

Me alegró mucho el saber que el libro “Las huellas del frío” estaba entre los cinco elegidos para representar a Santa Cruz . Creo que a todos nos sorprendió la cantidad y calidad de publicaciones que este año respondieron a la convocatoria de la Biblioteca “Juan Hilarión Lenzi” . Ello habla del prolífico trabajo en el campo literario que se está desplegando a lo largo y ancho de nuestra provincia. Y habla también, se me ocurre pensar, de una necesidad, que desde lo literario, pero también desde las otras expresiones artísticas, existe y que está más allá del resultado de este o cualquier otro concurso. Nuestra literatura, nuestros libros, nuestros escritores, nuestras expresiones artísticas, buscan y necesitan algo más: buscan hacerse visibles, que se les faciliten los canales para exponerse a la crítica y a un público lector más amplio, más allá de los que nuestra geografía social les ofrece. Y es por ello que el espacio en la Feria Internacional del libro resulta más que s...

Gobernador Moyano se llamará Héctor Mario Guatti

El intendente de la ciudad de El Calafate, Néstor Méndez dictó el Decreto 157 / 2006 ad referendum del Concejo Deliberante local, imponiendo el nombre del ingeniero Héctor Mario Guatti a la calle anteriormente conocida como Gobernador Moyano. De esta manera el ejecutivo municipal rinde homenaje a aquellas personas e instituciones que han contribuido al engrandecimiento de la ciudad, rescatando a aquellos que con su trabajo y fe inquebrantable, aportaron al desarrollo de la localidad de El Calafate. Este es el caso de Héctor Mario Guatti, nacido en la ciudad de Rio Gallegos el 24 de agosto de 1940, hijo de Belarmina Tresguerres y Luis Guatti, quienes imaginaron este Calafate de hoy como una nueva fuerza económica de la provincia de Santa Cruz El ingeniero Héctor Mario Guatti cursó sus estudios primarios en el Colegio San José y los estudios secundarios en el Colegio Nacional República de Guatemala en la capital de la provincia. Más información http://www.hostnews.com.ar/2006/prin/may/02...