Ya estoy en San Julian. Es de noche y debo esperar hasta mañana para ver como sigo viaje. Dejo mi bolso en el hotel y refuerzo mi abrigo para salir a caminar. Una ligera llovizna me acompaña y hace que la soledad que se vive en la calle principal sea menos soledad. Voy de a poco acercándome a la costa de la bahía en la que Magallanes ancló sus naves en mil quinientos veinte. Aquí se encontró con los habitantes naturales del lugar y comenzó el mito de la Patagonia. Aquí se rezó la primera misa cristiana en suelo argentino. Aquí, el navegante debió soportar una sublevación que neutralizó mandando a descuartizar a sus cabecillas. Aquí estoy varado por una liebre, caminando, en busca de un plato de mariscos que compense mi imprevisto. Voy contemplando sus construcciones y recuerdo que por aquí pasó el famoso pirata inglés Francis Drake y el por entonces joven naturalista Charles Darwin. Apuro un poco el paso cuando comienzo a sentir que el frío se deja sentir. Sobre la costanera puedo divisar la silueta de la Nao Victoria y el Mirage Dagger emplazado en homenaje de aquellos que lucharon por la soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas. Esta noche sueño con piratas.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
Con semejante barco ¡cómo no soñar con piratas! es fantástico...Besos y feliz lunes
ResponderBorrarDrake, ahí mismo, también debe haber soñado...con piratas.
ResponderBorrarSaludos.
Qué lindo relato!
ResponderBorrarDan ganas de seguir leyendo...
Por curiosidad, ¿pensaste en escribir una novela?
Besos
Un bonito lugar para
ResponderBorrarsoñar con barcos
y piratas.
Besos
Buen título del blog, volveré, para ver a dónde me lleva.
ResponderBorrarSaludos!
Lo que daría por estar ahí.
ResponderBorrarQue envidia.
Saludos.
soberano camino el de encontrarse en el lugar donde alguna vez pisó y pasó la historia.
ResponderBorrar¡Impresionante el barco! Que tengas sueños aventureros. Besos!!!
ResponderBorrarQue lindo debe ser y cuanta historia!
ResponderBorrarLos sueños con piratas, se me hacen lindos y llenos de aventuras, como tus relatos!
Abrazos!
Muy interesante como siempre, lo que cuentas.
ResponderBorrarUn placer seguirte en tus aventuras
Fíjate que yo nunca he soñado con Piratas, o si lo he hecho no me acuerdo.
ResponderBorrarDulces sueños....