Todo lo demás pasó tan rápido que cuando regreso al departamento, recién tomó nota de que en menos de 24 hs debía embarcarse para El Calafate, en donde la esperaban, en principio, cuatro meses de trabajo. Llamó a su madre para darle la noticia. “¿A dónde te vas? preguntó la madre, feliz de que finalmente su hija haya conseguido un trabajo, pero extrañamente confundida, por no tener un registro claro del lugar al que la estaban mandando. Después de cuatro años, los trescientos kilómetros que la separaban de ella seguían siendo lejos y ahora parecía que iba a alejarse mucho más, ¿a Cafayate dijiste? “No ma, a Calafate, en la patagonia, el sur ma, el sur…”. Lo más al sur que habían llegado era Bariloche y les había resultado tan lejos. ¿Queda cerca de Bariloche ese lugar Mariana? No ma, a unos 3000 km ., pero no te hagas problema que me mandan en avión. Cuando pudo cortarle a la madre, se plantó frente a la PC , abrió el buscador y escribió, letra por letra: Calafate, un millón cuatrocientos mil sitios en 8 segundos a su disposición, para informarse y ponerse al día, para que no la tomaran como improvisada.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
madres para las que la distancia que separa un abrazo es ya muy grande
ResponderBorrarla fotografía es preciosa
Cuanto me queda por conocer!! Gracias por hacerlo notar.
ResponderBorrarAhora mismito voy a poner en Google "Calafate", que me ha picado la curiosidad.
ResponderBorrarUn besiño
Te vengo a dejar un abrazo.
ResponderBorrarhermosa fotografía!
ResponderBorrarDevuelvo visita y, de súbito, ya estoy en Calafate.
ResponderBorrarEso antes no lo conseguía ni Batman.
Un abrazo.
sur o no ser, no es mi cuestión.
ResponderBorrartengo éste deseo y karma por el sur.
sur, sur, sur. otro mantra.
*sur o no sur
ResponderBorrarPreciosa foto.
ResponderBorrarLo bueno es poder
encontrar trabajo,
para el avión no
hay distancias, pero
para una madre sí.
Un abrazo