Ese día despertó, puso la pava para tomar unos mates, encendió la computadora, se conectó, abrió la casilla del yahoo y con la cara aun si lavar, leyó “Necesito contactarme con Ud., para considerar su solicitud de trabajo”. El mensaje era muy simple, tenia que presentarse en las oficinas de la empresa ese día para completar sus datos personales y así incorporarse al staff de “Guía de Turismo” con los que la firma operaba en todo el país. ¡Bien Mariana!, grito silenciosamente hacia sus adentros mientras pegaba un saltito y hacia ese gesto triunfador con el puño cerrado. No chequeo el nombre de la empresa, ni cotejó en la carpeta de correos enviados si el contacto lo había hecho ella o lo llegaba a través de los distintos amigos a los que les pedía una mano. Dejó que la emoción la embargara y cuando la alegría estaba derivando hacia las lagrimas sacudió la cabeza, tomó aire y se preparó para salir, ya no como tantas mañanas a la deriva a recorrer agencias de viajes, sino como lo había soñado tantas veces, decidida a obtener ese ansiado trabajo para el que tanto se había preparado.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
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