Ya estoy en San Julian. Es de noche y debo esperar hasta mañana para ver como sigo viaje. Dejo mi bolso en el hotel y refuerzo mi abrigo para salir a caminar. Una ligera llovizna me acompaña y hace que la soledad que se vive en la calle principal sea menos soledad. Voy de a poco acercándome a la costa de la bahía en la que Magallanes ancló sus naves en mil quinientos veinte. Aquí se encontró con los habitantes naturales del lugar y comenzó el mito de la Patagonia. Aquí se rezó la primera misa cristiana en suelo argentino. Aquí, el navegante debió soportar una sublevación que neutralizó mandando a descuartizar a sus cabecillas. Aquí estoy varado por una liebre, caminando, en busca de un plato de mariscos que compense mi imprevisto. Voy contemplando sus construcciones y recuerdo que por aquí pasó el famoso pirata inglés Francis Drake y el por entonces joven naturalista Charles Darwin. Apuro un poco el paso cuando comienzo a sentir que el frío se deja sentir. Sobre la costanera puedo divisar la silueta de la Nao Victoria y el Mirage Dagger emplazado en homenaje de aquellos que lucharon por la soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas. Esta noche sueño con piratas.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
Con semejante barco ¡cómo no soñar con piratas! es fantástico...Besos y feliz lunes
ResponderBorrarDrake, ahí mismo, también debe haber soñado...con piratas.
ResponderBorrarSaludos.
Qué lindo relato!
ResponderBorrarDan ganas de seguir leyendo...
Por curiosidad, ¿pensaste en escribir una novela?
Besos
Un bonito lugar para
ResponderBorrarsoñar con barcos
y piratas.
Besos
Buen título del blog, volveré, para ver a dónde me lleva.
ResponderBorrarSaludos!
Lo que daría por estar ahí.
ResponderBorrarQue envidia.
Saludos.
soberano camino el de encontrarse en el lugar donde alguna vez pisó y pasó la historia.
ResponderBorrar¡Impresionante el barco! Que tengas sueños aventureros. Besos!!!
ResponderBorrarQue lindo debe ser y cuanta historia!
ResponderBorrarLos sueños con piratas, se me hacen lindos y llenos de aventuras, como tus relatos!
Abrazos!
Muy interesante como siempre, lo que cuentas.
ResponderBorrarUn placer seguirte en tus aventuras
Fíjate que yo nunca he soñado con Piratas, o si lo he hecho no me acuerdo.
ResponderBorrarDulces sueños....