Puedes probar, me dijo, puedes intentar darle a tu
existencia ese segundo de eternidad que dura la eternidad; o puedes seguir así:
pausadamente en calma, deslizando pensamiento que no van a ningún lugar, que no
necesitan tampoco ir a ningún lugar, que se presienten efímeros, que se pueden
dejar pasar, como esa eternidad, que sin que nos demos cuenta, se nos va
descuidadamente de las manos.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
martes, abril 30, 2013
viernes, abril 19, 2013
Déjalo
No pierdas el tiempo, ocúpalo en otra cosa. Deja que las
cosas pasen, que caigan esas hojas amarronadas, que la próxima tormenta
aliviane a ese cerezo, los desabrigue, frente a la proximidad del invierno.
lunes, abril 08, 2013
Acostumbrados
Es como si se estuviera apagando, como si –a medida que
pasan los días- hubiera alguien que la fuera borrando. El poder verla así,
cuando amanece, me impone cierta nostalgia por eso que no se alcanza ver pero
que indiscutiblemente está. Se me ocurre pensar que tal vez nos hemos
acostumbrado tanto a su menguar y a su volver a crecer, que nadie duda que se vuelva
a completar. Me incomoda ese acostumbramiento. Prefiera empezar el día pensando
que quizás esta sea la última luna que vaya a ver, que esta noche la humanidad
se desayunará con la noticia de que ya no está. Por eso decido quedarme contemplando
su pasar mientras comienza a clarear.
jueves, abril 04, 2013
Perdido
Se pasaba horas esperando, tratando de imaginar una escena,
buscando una composición que lo conmoviera. Pensaba y pensaba. Forzaba hasta el
extremo a su memoria y a su ingenio para combinar de la mejor forma posible
esos recuerdos y esas ideas con el solo fin de que su creación sea original y
potente. Rompía bosquejo tras bosquejo que terminaban en el cesto de basura. Es
una tarea inútil pensaba mientras el paisaje se desplegaba generosamente frente
a él. Había perdido, vaya uno a saber dónde, esa innata capacidad de mirar.
martes, abril 02, 2013
Palabras gastadas
Tantas palabras gastadas, dichas al pasar, solo por decirlas,
sin una intención definida. Tanto andar repitiendo consignas que a nadie
entusiasman.
Me fui a remar. Tomé mi cámara, mis remos y mis ganas de ver salir
esta luna y solo eso.
Y aunque se hizo esperar, allí está.
No hizo falta decir
nada. No hizo falta llamarla, ni hacer un acto, ni elaborar una proclama.
Ella
asomó, generosa, plena para alimentar –sin reclamarme nada- esa, por momentos, insoportable necesidad de hacer silencio, necesidad también
de dejar a las palabras a un costado de mi existencia.
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