Es domingo, la tarde apenas comienza, afuera el sol entibia tenuamente la jornada y un pichón de Garza Bruja, hace una pausa frente a casa. Será solo una causalidad o traerá algún agüero...?
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
miércoles, abril 27, 2011
jueves, abril 21, 2011
Elogio a la fertilidad…
Hay en el noroeste argentino, un amor y un respeto por la pachamama, que a uno lo atrapa. Es un amor religioso que se profesa cotidianamente, en las calles, entre los sembrados y en medio de las soledades más oscuras, siempre está ella. Es un amor que pide perdón por los maltratos a los que la madre tierra ha sido sometida y que agradece la eterna entrega, que da frutos y que alimenta de vida nuestra existencia.
miércoles, abril 20, 2011
lunes, abril 18, 2011
Mensajes del tiempo
Voy subiendo, el paisaje conmueve por si mismo, no hay espacio ni distancia comparable, la soledad suma inmensidad y uno solo piensa en tocar el cielo con las manos. Ya estoy en lo más alto, no hay nada que me haga pensar que los más de cuatro mil metros de altura en los que me encuentro puedan exigirme algún esfuerzo adicional. Siento que ha valido la pena llegar hasta aquí, para ver este cielo y estos montañas, desde donde me siento distinto a todo lo que he sentido hasta aquí. Giro y de pronto la encuentro a ella, como aferrada a este paisaje, refugiada entre esas misma piedras en las que sus manos tallan imágenes ancestrales. Y no puedo, sino detenerme, parar, dejarme transportar a ese pasado que late en medio de la quebrada de Humahuaca.
sábado, abril 09, 2011
Pancito criollo
Hay pancito criollo, me dice, venga acérquese, vamos a tomar unos mates. Cuando se camina por la calle principal de Corral Quemado, el perfume de los hornos de barro lo invade a uno y se activa de alguna manera esa memoria ancestral, que despierta recuerdos de tiempos remotos de una existencia –que por mas que no haya sido real- sigue como alojada en algún lugar de nuestra memoria. El aroma del pan asándose, el de las ramas de jarilla que se usan para cubrir la tapa del horno y ese gustito a copa que tienen los mates cebados, no se consiguen en otro lugar, para disfrutarlos hay que volver -aunque sea de pasada- a este remoto lugar en el norte catamarqueño.
domingo, abril 03, 2011
Puertas cerradas
Encontré, en mi andar por Cachi, muchas puertas como esta, bien enmarcadas, prolijas y bien conservadas. Me puse a pensar cuantas historias habrá detrás de ellas. Me dieron ganas de golpear, para ver si alguien me atendía, pero no lo hice. Claro que uno ve el candado bien puesto de afuera y difícil que alguien pueda abrir de adentro. Debe haber sido eso, lo que hizo que no golpeara, la idea de saber que nadie real me iba a atender o el temor a despertar a algún fantasma, que seguramente espera que mi curiosidad me lleve a su encuentro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Zafar
-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...
-
Es difícil imaginar como se lee desde el lugar del gobernante una derrota. Pero voy a arriesgar un escenario posible: imagino al Gobernador ...
-
Una puñalada, dos puñaladas, tres puñaladas, cuatro puñaladas, cinco puñaladas; el forense hizo una pausa, levantó la mirada como buscando...
-
Una pareja pasa por la costanera. Van abrazados, como si sintieran frío. Es raro, en estos tiempos, ver parejas que caminen abrazadas. Ella...