—Respirar,
de eso se trata la vida — dijo eufórico como si estuviera anunciando la buena
nueva—. La gente se ha olvidado de lo básico, está tan ocupada en llenarse los
bolsillos, la panza y los hogares de cosas que no tienen sentido, que ha dejado
de lado, algo tan simple, como es el hecho de respirar. Respiro y luego existo
—insistió dándole a sus dichos un tono filosófico.
Yo, mientras
inhalo por la nariz y exhalo por la boca, dejo que el viento ventile mi perruna
existencia.
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