Un par de veces al año la ciudad invita al campo a volver a transitarla. Le abre sus puertas y desde el campo, sus hombres y mujeres bajan con sus caballos y sus pilcheros cargados de tradiciones. Rige -por unos días- una amnistía general a ese pasado expulsado por la modernidad. Se abren las tranqueras y todos nos contagiamos un poco de esa sensación de libertad que las tropillas transmiten con tanta espontaneidad. Son esos los días en los que nos damos un permiso para volver a soñar.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
Es verdaderamente una
ResponderBorrarimagen para soñar.
BESOS.
tienen alguna fecha en particular ese par de veces al año?
ResponderBorrarabrazo!
Tengo la suerte de hacerlo mucho, dejar por unas horas la gran ciudad para sumergime en la belleza de un pueblo, desde la entrada hay una gran diferencia el ruido, se oye los pajaros, el sonido del viento que mueve las ramas, el aire mucho mas limpio, el azul mas transparente, y si todo esto le añado que este cerca del mar, es como estar en el septimo cielo, donde me gusta esta y asi relajarme para luego volver a la rutina de la gran ciudad.
ResponderBorrarCon cariño
Mari
Llevo retraso en la lectura de tus crónicas. Te alcanzo este finde. Gracias por seguir ahí. Besos.
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