Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
El tiempo corre, pasa, regresa...y nosotros tan solo podemos esperar.
ResponderBorrarMuy bueno tu post, genial.
Mil besitos!!!
Enlazar palabras para dejar nuestro testimonio... supongo que eso es en el fondo lo que todos buscamos.
ResponderBorrarFelíz día.
HOLA ALBERTO :)
ResponderBorrarME GUSTA EL USO DE ESAS PALABRAS TAN PROPIAS Y DESCRIPTIVAS DE LA SITUACIÓN.
AUNQUE EL TIEMPO ES VELOZ , YO VOY DE RETRO.
LOLA CIENFUEGOS
Me encantaría tener ese don, de poder transcribir lo que va sucediendo... se lo ve tan concentrado.
ResponderBorrarUn beso!!
Vemos pasar el tiempo,
ResponderBorrargalopando no da tregua,
mientras tanto vamos
enlazando palabras.
Un abrazo.
contra el bullicio y la velocidad, las palabras exactas, un trozo de texto como huella de un buen día en el que decidimos hacer una pausa.
ResponderBorrar...se te ve muy concentrado...
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