Para ser parte del evento llegan delegaciones de distintos pueblos de la provincia y algunas del sur de Chile. Cada una porta su estandarte y se prepara para participar de la ceremonia inaugural. Este es un momento de calma en el predio. La puesta en escena tiene un encanto particular, una de las niñas que ha terminado de bailar en el escenario, se sienta sobre el pasto y deja que su imaginación vuele…
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
El tiempo es veloz, tan veloz para soñar, para amar, para comunicar...
ResponderBorrarAbrazos veloces, Monique.
No hay nada mejor que dejar volar la imaginación...
ResponderBorrarUn beso.