En su pueblo, en la provincia de Buenos Aires, la mayoría de sus compañeros se interesaban por el campo y la explotación ganadera y los que salían a estudiar, buscaban carrera como medicina o abogacía. Cuando le dijo a su madre que quería estudiar turismo, esta hizo lo que solía hacer siempre, la abrazó y con entusiasmo – a pesar de no entender muy bien de que se trataba- le dijo “bien hija, me parece muy bien que pienses en seguir estudiando, para que puedas hacerte un futuro mejor que el de tu madre”. Desde ese día, aunque todavía le faltaba un año para egresar de la secundaria, toda su cabeza se centró en cumplir con la meta de ser Licenciada en turismo. Los fines de semana, no salía, prefería quedarse en casa y ayudar a su madre que trabajaba toda la semana como cajera del supermercado. Repasaba libros de geografía para ubicarse mejor en el mundo que la estaba esperando y se sacudía la cabeza cada vez que se cruzaba con su vecino Andrés, para no dejarse asaltar por esos deseos de acercarse a él, que la invadían.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
me encantaria saber que sigue.. besos
ResponderBorrarque apoyo tan bonito y especial madre-hija, hija-madre
ResponderBorrarLas determinaciones mas importantes solemos tener que tomarlas en momentos en los que muchos no estamos preparados. Lo bueno es aprender que las mismas nunca son para toda la vida.
ResponderBorrarSaberlo relaja, hace que uno sepa que mañana se puede cambiar.
No es lo que habitualmente nos enseñan.
Deberá sentirse orgullosa de sí misma al igual que está su madre,
ResponderBorrarllegó a la meta que se propuso,
está en condiciones de poder
programar nuevos objetivos.
Besos.
Pero hay deseos que no se pueden ocultar por mucho tiempo. Además, que yo sepa el amor y el turismo son perfectamente compatibles!!! :)
ResponderBorrarQué lindos los flamencos!!!
Besotes