Dicen que pronto nevará. Que la nieve que caerá será tanta que borrará de un plumazo al otoño. Que el invierno está ahí nomás golpeando la puerta, exigiendo, en un acto apresurado y loco, anticipar su llegada para blanquear este dorado paisaje que mis otoñales álamos pintan despreocupados de cualquier pronostico.
Escribir un rezo para un Dios inexistente Inventarme un Dios al cual rezarle sin fe Encontrar una fe que no esté presa de una religión Profesar una religión en la que no haga falta rezar para huirle a la angustia que me acompaña desde que no estás
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