Se levantó con pocas ganas. Escupió el primer mate, aunque siempre acostumbraba a tomarlo. El gusto amargo del agua -demasiada caliente- se le quedó dando vueltas en la boca y para eso había un solo remedio, otro mate. Ahora si podía decir que estaba despierto. La imagen de su madre colgaba en un cuadro sobre una pared toda amarillenta. La miró y no dijo nada. Acostumbraba a conversar con ella mientras mateaba. A contarle sus planes entre los que siempre aparecía la idea de algún día volver a verla. Imaginaba que bajaba del mismo tren en el que un día partió y que ella lo esperaba con los brazos abiertos y con una sonrisa igual a la foto. Para vos no pasan los años mamá le decía y ella sonreía. Pero hoy no tenia ganas de hablar. Tal vez sería la lluvia a la que nunca se terminó de acostumbrar o los mates cebados demasiados calientes que les refregaban el paladar. Se vio –una vez más- bajando del tren que lo trajo desde su provincia, directo a trabajar en la reparación de vías. Esas mismas vías que lo mantenían imaginariamente conectado con su pueblo. Solía hacer como si golpeara una caja al martillar sobre los durmientes y de vez en cuando, improvisaba una vidala. El tren era todo en su vida, pero desde un tiempo acá sentía como si no hubiera vivido. Miró el boleto y la liquidación que en la empresa le prepararon antes de despedirlo y pensó que el mate después de todo no era tan amargo.
Texto con el que participé en el Concurso Suspendeelviaje, aprovecho para agradecer a Luis, Andréa y Marcelo por la oportunidad que nos dan de hacer conocer nuestros escritos.
Que bueno que a pesar de todo no fué amargo.
ResponderBorrarBonito relato me gusto!
Un abrazo
Después del recorrido que he hecho por tus últimas entradas, también me sentaría a tomar algo. Precioso recorrido.
ResponderBorrarUn saludo
La amargura propia no es tan amarga cuando se compara con la amargura de los demás.
ResponderBorrarBesotes
BUEN RELATO SOBRE TODO COMO TERMINAS LA FRASE DEL FINAL, ME ENCANTÓ!
ResponderBorrar=) HUMO
Como se dice por aquí... un clavo quita otro clavo.
ResponderBorrarUn saludo.
Con lo bonito que es regresar de un viaje y sentir que te esperan, ¿apoco no?
ResponderBorrarMuá.
A miles de quilómetros la vida sigue o es igual... aquí cambiaría el café por el mate...
ResponderBorrarMe ha gustado mucho.
• Un excelente texto para un concurso pero... el premio está en escribirlo.
• saludos
CR ____________________________________
LMA
buena participación la tuya!..felicitaciones
ResponderBorrarPues menudo texto..
ResponderBorrarIncreíble.
¡Un beso grande!
Al paladar
ResponderBorrarla amargura añade
un velo o una sombra
que se afana
en repetir lo amargo
o desear el dulce
regocijo en la miel.
El dolor del desarraigo, la soledad, las añoranzas de los afectos...
ResponderBorrarY de pronto, una liquidación en la mano que se convierte en el boleto de regreso.
Muy buen relato. Conmovedor.
Desde Buenos Aires comparto unos mates con vos, eso sí, para mí con azúcar :)
Cariños
Quizás ya no habla con su madre, porque se cansó de añorarla.
ResponderBorrarGracias por comentar yyyy te sigo :)
Muy bueno, eh? Leerlo es como tomarse un mate.
ResponderBorrarhola, te sigo me seguis??? :):):)
ResponderBorrarMe gustó esa idea de que las vías lo mantenían imaginariamente conectado. La vías de su propia vida.
ResponderBorrarSaludos (y gracias por pasearte por El último rincón)
Es un precioso escrito impregnado de melancolía. ¿Quién no ha hablado con su madre en una foto? ¿Quién a pesar del tiempo pasado no ha roto todavía el cordón umbilical que le une a sus raices?
ResponderBorrarMe han gustado mucho tus palabras.
Gracias por tu paso por mi blog. Ha sido un placer recibirte.
Un cariñoso saludo.
Alberto:En efecto,máscara es persona por eso se le dice personalidad a los de..rasgos definidos.
ResponderBorrarGracias por tu concepto
Me gustó el relato por lo breve y conciso.Tengo aforismos escritos
sobre el mate.Comunicador sin concesiones.
Un abrazo..Saúl.-
Los amargores y la amrgura del alma siempre son peores que los del cuerpo. NO cabe duda.
ResponderBorrarBeuna prosa.
Gracias por tu vista a mi blog y por tu comentario.
Saludos
Narci
Me ha gustado mucho, ese final tan resignado.
ResponderBorrarVine a devolver la visita y por aquí me voy a quedar un rato...
"matear" bonito verbo...
Saludos
Nostálgico relato para una noche gris de Domingo.
ResponderBorrarMe voy soñando bonito a la cama.
Un abrazo
Un texto en donde se mezcla
ResponderBorrarla ternura y la dureza del despido pero el final es fantástico, ya el sabor
no es tan amargo.
Me ha gustado.
Besos
Nostálgico y silencioso, me gustó.
ResponderBorrarQué vuelva pa'l pueblo!
Beso :)
...
ResponderBorrarSaludetes.
¡Bien! por participar.
Mafalda