El afiche me puso a contramano. Federación Obrera Local, decía el encabezado de la convocatoria. Y el solo titulo me transportó a otros tiempos. A principios del siglo pasado, a las huelgas que un grupo de anarquistas y peones rurales hicieron en nuestro territorio y que terminaron con muchos de ellos fusilados y sepultados en tumbas colectivas. Y es cierto eso de que a veces los recuerdos juegan a las escondidas y la memoria de los pueblos debe ingeniárselas para traer a la superficie lo que parece sepultado por quien sabe que intereses. Será por eso -tal vez- que esta convocatoria despertó mi interés por participar en la misma. Los hechos son por cierto conocidos, el libro de Bayer y la película basada en el mismo, mucho ayudaron a su difusión, pero aun no ha logrado ocupar el espacio que debería tener en nuestra historia. Peones rurales fusilados -sin que medie explicación alguna- por el Ejercito Argentino, gobierno democrático de Irigoyen y latifundistas que se benefician de la trágica medida. Leo el afiche de nuevo y me dispongo a salir.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
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Zafar
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Evoco 1968 en mi país, la matanza estudiantil de Tlatelolco ha marcado diversas generaciones.
ResponderBorrarUn abrazo mexicano, Monique.
Estoy leyendo esta narración tuya que me pinta muy interesante. Voy a la segunda parte.
ResponderBorrarUn beso.
No había notado que tenías este espacio... Y aunque parezca repetitiva en mis comentarios me duele y me cuestiona. Quizá porque la mayoría de personas en Colombia, nos sumergimos en una amnesia colectiva. Cuando comentas acerca de quiénes fueron fusilados y sepultados en fosas comunes a principios del siglo pasado, lo relaciono inevitablemente con este mismo tipo de sucesos en mi país, pero ocurrido hace pocos años y manteniéndose en la actualidad, ejecutados con ayuda directa del ejército Colombiano.
ResponderBorrarAsí que entre los post que hasta el momento he observado en tu blog, Bajo el silencio, cobra un sentido especial para mí. Te dejo un saludo... Liz.