Ir al contenido principal

Bajo el silencio

El afiche me puso a contramano. Federación Obrera Local, decía el encabezado de la convocatoria. Y el solo titulo me transportó a otros tiempos. A principios del siglo pasado, a las huelgas que un grupo de anarquistas y peones rurales hicieron en nuestro territorio y que terminaron con muchos de ellos fusilados y sepultados en tumbas colectivas. Y es cierto eso de que a veces los recuerdos juegan a las escondidas y la memoria de los pueblos debe ingeniárselas para traer a la superficie lo que parece sepultado por quien sabe que intereses. Será por eso -tal vez- que esta convocatoria despertó mi interés por participar en la misma. Los hechos son por cierto conocidos, el libro de Bayer y la película basada en el mismo, mucho ayudaron a su difusión, pero aun no ha logrado ocupar el espacio que debería tener en nuestra historia. Peones rurales fusilados -sin que medie explicación alguna- por el Ejercito Argentino, gobierno democrático de Irigoyen y latifundistas que se benefician de la trágica medida. Leo el afiche de nuevo y me dispongo a salir.

Comentarios

  1. Evoco 1968 en mi país, la matanza estudiantil de Tlatelolco ha marcado diversas generaciones.

    Un abrazo mexicano, Monique.

    ResponderBorrar
  2. Estoy leyendo esta narración tuya que me pinta muy interesante. Voy a la segunda parte.
    Un beso.

    ResponderBorrar
  3. No había notado que tenías este espacio... Y aunque parezca repetitiva en mis comentarios me duele y me cuestiona. Quizá porque la mayoría de personas en Colombia, nos sumergimos en una amnesia colectiva. Cuando comentas acerca de quiénes fueron fusilados y sepultados en fosas comunes a principios del siglo pasado, lo relaciono inevitablemente con este mismo tipo de sucesos en mi país, pero ocurrido hace pocos años y manteniéndose en la actualidad, ejecutados con ayuda directa del ejército Colombiano.

    Así que entre los post que hasta el momento he observado en tu blog, Bajo el silencio, cobra un sentido especial para mí. Te dejo un saludo... Liz.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

La memoria espectral de los frigoríficos

Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...

Vestigios

En Santa Cruz, la idea de lo provisorio, de estar solo de paso, estuvo siempre en permanente disputa con el deseo de arraigarse.  Muchos, como Magallanes, sin importar la actividad económica que haya prevalecido, el origen migrante, la condición social, o el motivo que los haya impulsado a venir, recalaron sólo para pasar el invierno.  Otros, como emulando a los habitantes originarios de esta tierra, lo hicieron para quedarse. Echar anclas sin vuelta, quemar las naves, decididos a establecerse. Indagar en nuestra historia es como hurgar en una construcción que, a las claras, no ha sido parte de un proyecto común.  La memoria colectiva santacruceña tiene esa impronta: aparece fragmentada, de a retazos, como si fueran partes de un todo inexistente.  Puede que, el no ser, sea la característica más significativa de nuestra identidad.  En este contexto, los vestigios de los frigoríficos construidos en Santa Cruz a principios del siglo pasado, aparecen com...

No ser

Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre.  La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia.  Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...