Ir al contenido principal

"Nos están metiendo la mano en el bolsillo"


El secretario de Gobierno de la localidad de El Calafate, Daniel Albornoz, declaró que ve con mucha preocupación el incremento de precios en productos de necesidad básica, particularmente luego del aumento salarial otorgado por la provincia a los empleados públicos.
Consultado sobre el precio de la carne, Albornoz consideró que en la localidad no debe haber formadores de costos, pero manifestó que nos están metiendo las manos en los bolsillos y remarcó que el incremento en algunos cortes es vergonzoso (Fuente FM Dimensión)


Una vez más desde el municipio se sale al cruce de lo que para los vecinos de El Calafate no es ninguna novedad, que los precios de los productos de la canasta familiar están cada vez más desfasados de las posibilidades de la gran mayoría de los habitantes de la villa turística.

Pagamos como turistas no solo los artículos de la canasta familiar, ni pensar en salir a comer o en ir a tomar un café, la ciudad cada vez parece más un campamento turístico que una ciudad turística, solo se puede trabajar y juntar plata y comparado con otros campamentos, estamos muy por debajo de algunos de ellos, como el de Cerro Vanguardia en el que la opciones de entretenimientos son mucho más amplia y accesible que en nuestra localidad.

Claro, desde el municipio se ensayan algunas respuestas simplificando el problema, lo que seguramente hará que nadie se haga la expectativa de que la cosas vayan a cambiar, no es muy difícil imaginarse al municipio publicitando los precios más bajos todos los días y que cada uno salga a peregrinar por los mercados, para ahorrarse unos pesos y ver como no le meten la manos en el bolsillo.

Claro que si de meter la mano en el bolsillo se trata, todavía desde el municipio nadie salio a explicar como van a hacer para devolverles la plata a los contribuyentes que pagaron los impuestos con los aumentos impulsados por Néstor Méndez a fines del año pasado.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Vueltas

Escribir   un     rezo para un Dios    inexistente   Inventarme    un Dios       al cual rezarle sin fe   Encontrar    una fe       que no esté presa de una religión   Profesar   una religión      en la que no haga falta          rezar para huirle a la angustia que me acompaña desde que no estás

No ser

Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre.  La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia.  Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...