Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
martes, abril 11, 2006
Soñemos Calafate, pero no nos quedemos dormidos
El 1ro. de julio del 2006 se van a cumplir tres años desde que un grupo de vecinos de la localidad llevara adelante un proceso colaborativo para que mediante la participación comunitaria se estableciera una agenda de temas locales.
Pasaron ya casi tres años y es más que evidente que lo que nos imaginamos en el 2003 como El Calafate soñado, para muchos se convirtió en una pesadilla.
En los tiempos que corren, se está comenzando a percibir la necesidad de una nueva convocatoria en la que senos invite –más que a soñar- a DESPERTAR, despertar a la participación ciudadana, al compromiso político con la comunidad, a la defensa del espacio público que compartimos cotidianamente, a tantas cosas que seguramente se podrían agregar.
Esperemos que la próxima convocatoria diga “Despertemos Calafate…para asumir esta realidad y ver como podemos cambiar algunas cosas”
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