En ese tiempo, mi única expectativa, era, publicar en el
blog. Dejé de ocuparme de la realidad y empecé –de a poco- a incursionar en la
ficción. Pero no era tan fácil. Probé asociar los textos con fotos que yo mismo
tomaba y las visitas del blog se incrementaron. ¡Que buenas fotos! Decían
algunos comentarios y yo, volvía a leer el texto, y, con ello, volvía a darme
cuenta que a mi escritura le faltaba algo.
Escribir un rezo para un Dios inexistente Inventarme un Dios al cual rezarle sin fe Encontrar una fe que no esté presa de una religión Profesar una religión en la que no haga falta rezar para huirle a la angustia que me acompaña desde que no estás
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