Ir al contenido principal

Damascos

Hay angustias merecidas, pensé alguna vez, como la que sentí ese día en el que, subidos a su planta de damascos,  nos sorprendió el vecino y nos amenazó con acusarnos con  nuestro padre, a la noche, cuando este regresara del trabajo. El vecino nunca apareció. Tal vez lo haya dicho sólo para asustarnos. Pero en ese momento no sabíamos eso. El día se hizo largo. Recuerdo que me la pasé encerrado en mi habitación. Sufriendo, anticipadamente, por el castigo que mi padre nos propinaría. El temor se disipó no bien se apagaron las luces de la casa y todos nos fuimos a dormir. La angustia duró un poco más. Cada vez que alguien golpeaba la puerta de casa imaginaba que era mi vecino el que aparecería.

Comentarios

  1. Un chico que carga toda la culpa del planeta. Hay que liberarlo ya.

    ResponderBorrar
  2. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar
  3. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar
  4. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar
  5. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

La memoria espectral de los frigoríficos

Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...

Oveja negra

Es difícil no sufrir, no sentir la distancia con los demás, no pensar en el por qué te ha tocado a ti este camino de soledad Cuál es el precio que se paga por ser diferente, por no confundirse entre las majadas de ovejas blancas, por distinguirse entre tanta uniformidad.  Hay días en los que, en sueños, me veo correteando entre el montón, pero al despertar, vuelvo a mi realidad.  Es ahí cuando me digo: acepta tu destino, haz tu propio camino, vale pena intentar ser uno mismo.

A veces

Hay esperas que calman. Y hay veces en los que, la calma, nos desespera…