Pensar que en mi memoria llevo el registro de estos muros recién construidos. Cuatro décadas mas tardes, parecen haber envejecido. Ya no pueden disimular las consecuencias que en sus paredes dejan los vientos patagónicos. La erosión progresiva va dejando las hileras de bloques sin juntas que las sostengan. Se me ocurre pensar, que representan de alguna forma las otras construcciones que fuimos haciendo a lo largo de nuestra corta vida. Un testimonio de cómo la intemperie social -que nos caracteriza a los sureños- puede desgastar hasta las voluntades mas sólidas.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
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la erosión es inevitable, prefiero una superficie suave erosionada a no una con aristas accidentadas
ResponderBorrarPero la paciencia del tiempo nos hace más fuertes amigo ;)
ResponderBorrarUn abrazo
Creo que no hay fortaleza sin erosión
ResponderBorrarUn abrazo
Los años no pasan en balde. Y es curioso porque dejan huella a la vez que desgastan.
ResponderBorrarBonita foto. Parece adobe.
Besos
Impecable y sutil observaciòn. El no cuidado!
ResponderBorrarLa desidia, el dejar pasar las cosas importantes.
Abrazos descalzos!
Buen ejemplo.
ResponderBorrarLos años son tan fuertes como los vientos patagónicos.
O más.
Saludos.
Cada vez que veo una muralla, siempre intento imaginar a aquellos que la construyeron, o aquellos que vivían y cómo en aquella época.
ResponderBorrarMe parecen un signo de fortaleza, imponentes...
Un abrazo
Bonito símil el de la erosion con nuestra propia vida...ese desgaste de las aristas personales, va esculpiendo nuestro caracter y nuestra vida. Es como ir creciendo en sabiduria, aunque nos caigamos de viejos,como esas paredes.Hay que intentar mantenerse en pié, hasta el final.
ResponderBorrarcada huella, es mas fuerte
ResponderBorrarQue bonito ejemplo!!!
ResponderBorrarLos años pasan y gracias a ellos vivimos y aprendemos a vivir!!
besos!!
Todo es caduco,
ResponderBorrarel pasar de los
tiempos en todo
hace mella,así
es la vida.
Un gran abrazo
Pero ahí sigue, en pie, a pesar de las inclemencias, del tiempo y de la erosión. Más viejo, pero con muchas más cosas que contar seguro.
ResponderBorrar¡Si las paredes hablaran!
Besos.
Es como nuestras propias vidas.
ResponderBorrarLos años nos erosionan, pero, como dicen en los campos chilenos "Nadie nos quita lo comío y lo bailao".
Un abrazo.
El tiempo todo lo desgasta...Nosotros tampoco nos libramos de ello.
ResponderBorrarMuchos besos.
Me gusta eso de "la intemoperie social".
ResponderBorrar...
ResponderBorrarRecorrí una por una.
Lei sobre un abuelo enfermo, sobre un atardecer que en lugar de dar termino, inició una idea; me encontré con el diálogo de aves en escenarios húmedos y fríos.
Pero me quede llena de envidia con tus paseos en lancha,imaginandote abrazado por la naturaleza.
Saludos.
Mafalda
A veces el paso del tiempo nos erosiona, unas veces sacamos experiencia de ello..aprendizaje. Besos
ResponderBorrarEl tiempo no deja resquicios por los que escapar. La erosión, el desgaste, su paso...son inevitables. pero con Él llega la experiencia, lo vivido y por vivir, y eso es hermoso. Besos mil!!
ResponderBorrarBuena analogìa. El secreto es aceptar las cicatrices de la vida.
ResponderBorrarUn abrazo.