Levantarse. Correr las cortinas. Esperar el amanecer. Poner la pava. Encender la computadora. Sentir que el invierno se acerca. Las luces de la ciudad aun sienten la noche. La nube que juega a quedarse. La luna que agradece a esa oscura realidad que le permite seguir iluminada en el horizonte. Los primeros mates me sacan el sueño. No pierdas nunca la capacidad de contemplar y asombrarte de las pequeñas cosas que te regala la vida, me dijo un amigo una vez.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
Espero no perder nunca la capacidad de sorprenderme con un amanecer o atardecer..o simplemente con la vida...Besos
ResponderBorrarsiempre encuentras, la forma de hacerme ver lo grande q es el mundo
ResponderBorrarSORPRENDERSE POR LAS COSAS QUE NOS SUCEDEN SI SON PARA AVANZAR Y DISFRUTAR SON BELLAS Y CIERTAS, PERO UNO SE ASOMBRA DE CADA CISA ULTIMAMENTE QUE A MI NO ME GUSTAN DEMASIADO! UN BESOTE
ResponderBorrarQue esplendida manera de describir un momento, un instante que adquiere una magnitud única!
ResponderBorrarHuelo y siento hasta en calorcito de algún leño encendido por ahi detrás.
Ese momento que describis, tal cual, tantas veces lo viví...levantarte, mirar por las ventanas, poner la pava y disfrutar del silencio que se va yendo mientras la ciudad despierta...que lindo sentir que otra u otras personas experimentan lo mismo...
ResponderBorrarvenir a "verte" también es un regalo
ResponderBorrarDe algo parecido he hablado hoy en mi blog.
ResponderBorrarMuak
Esos primeros mates matinales son un momento único... sólo quien toma mate lo comprende.
ResponderBorrarSaludos!
Ser diferente não é ser ovelha negra.
ResponderBorrarSien miedo, debemos ser lo que somos, sien necessidade de aparentar otra cosa.
Un beso