miércoles, febrero 16, 2011

Vueltas II

Está previsto que hoy terminen con los trabajos. Mañana emprenderá el regreso hacía su pueblo. Allí lo esperan su mujer, sus dos hijas y unos tres meses en lo que todo será felicidad. Pero regresa solo. El caballo y los perros se quedan en el campo.

El único temor que le rondará será que a sus animales les suceda algo grave.

Que el invierno se presente más duro de lo acostumbrado. Que, como ocurrió en el 94, la nieve tape hasta los techos de las estancias, sepultando todo. Que los operativos de rescate se lleven a los hombres y mujeres, dejando a los animales por semanas solos en el campo.

—Es muy feo, eso de quedarse solo, a la buena de Dios —piensa y la imagen de su familia le da vueltas por la cabeza.

¿Cuánto tiempo anduvo él a la buena de Dios? ¿Cuánto tiempo aguantó su compañera viviendo- si se puede decir a eso vivir- con lo justo?

Hasta que vino al mundo su primera princesa. Ya no podía seguir así, rejuntando miserias para sobrevivir. No era eso lo que él había imaginado cuando ella aceptó que arrimaran los pocos bártulos que tenían para empezar a vivir juntos.

Por suerte, cuando parecía que la angustia lo iba a terminar arrastrando a lo más profundo de ese pozo del que no sabría cómo salir, surgió esta oportunidad. Un tío, que él no recordaba, lo mandó a buscar.

—Mire m'hijo, hay trabajo con sueldo, casa y comida; lo demás lo pone usted —dijo.

Y él, que se había pasado toda su vida en el campo, haciendo changas, lo único que no entendió fue la palabra sueldo.  


4 comentarios:

  1. así es como es, a veces.

    me gusta como describes a este buen tipo, Alberto. Aquí ando, colgada al menester de su vida. me gusta como busca la felicidad, con esa calma.

    abrazo

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  2. Me gustaría buscar y encontrar la felicidad como éste que decribes en tu texto.
    Hombres así, con ese espiritu, quedan muy pocos....si es que queda alguno..

    Genial.
    Besos

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  3. La felicidad, a veces, es así de sencilla.
    Un abrazo!!

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  4. es que dejar el hogar, por mas tentados que nos encontremos, no es la alternativa lógica. La desesperación es mala consejera. UN ABRAZO

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Zafar

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