Dijo que volvería. Que la esperara. Que su ausencia no se prolongaría más de lo necesario. Que no iba a dejar de pensar en él. Que todo lo que habían imaginado juntos –a su regreso- sería posible. El, imaginó la espera como una pausa en su existencia. Construyó para si un mundo en el que el tiempo no existía. Alimentó la espera con todo lo que tenía hasta que devino en esperanza. En el barrio todos sabían que lo habían dejado plantado.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
escuche: no e habíamos puesto punto final al Olvido?
ResponderBorrarpiense una historia con sol, sin nieve, dele!
pobre el arbol!!!
ResponderBorrarno era mejor trasladarlo que dejarlo ahí plantado!?
grrrr!
¿Comparación metafórica con la realidad?.....En cualquier caso al árbol se le vé muy solito. Besos
ResponderBorrarPronto ese árbol
ResponderBorrarno estará sólo,
se dará cuenta
que le acompañan
las aves que en él
se posan y será
reposo del viajero.
Besos
Nada le hace mejor a un "plantado" que una buena y prometedora primavera.
ResponderBorrarYa va a ser. Todo llega.
Alberto...
ResponderBorrarrama… árbol…
languidez de un otoño intermitente…
salgamos a pasear por las raíces… habitemos las paredes del tallo… cantemos una alabanza de hojas…
en fin…
brotemos desde adentro.
gracias por pasar por mis letras y dejar tu huella...
hermosos días!!!
beso!!!
No hay que quedarse esperando...
ResponderBorrarEn todo caso, ver que pasa si vuelve.
Saludos!