Dijo que volvería. Que la esperara. Que su ausencia no se prolongaría más de lo necesario. Que no iba a dejar de pensar en él. Que todo lo que habían imaginado juntos –a su regreso- sería posible. El, imaginó la espera como una pausa en su existencia. Construyó para si un mundo en el que el tiempo no existía. Alimentó la espera con todo lo que tenía hasta que devino en esperanza. En el barrio todos sabían que lo habían dejado plantado.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
escuche: no e habíamos puesto punto final al Olvido?
ResponderBorrarpiense una historia con sol, sin nieve, dele!
pobre el arbol!!!
ResponderBorrarno era mejor trasladarlo que dejarlo ahí plantado!?
grrrr!
¿Comparación metafórica con la realidad?.....En cualquier caso al árbol se le vé muy solito. Besos
ResponderBorrarPronto ese árbol
ResponderBorrarno estará sólo,
se dará cuenta
que le acompañan
las aves que en él
se posan y será
reposo del viajero.
Besos
Nada le hace mejor a un "plantado" que una buena y prometedora primavera.
ResponderBorrarYa va a ser. Todo llega.
Alberto...
ResponderBorrarrama… árbol…
languidez de un otoño intermitente…
salgamos a pasear por las raíces… habitemos las paredes del tallo… cantemos una alabanza de hojas…
en fin…
brotemos desde adentro.
gracias por pasar por mis letras y dejar tu huella...
hermosos días!!!
beso!!!
No hay que quedarse esperando...
ResponderBorrarEn todo caso, ver que pasa si vuelve.
Saludos!