Se vio llegando a la escuela de la mano de su madre. Esperando en el patio, mientras ella hablaba con la maestra. No se que va a decir tu padre cuando le cuente que vas a tener que rendir matemáticas, le decía, mientras caminaban rumbo a su casa. Es lo último que nos podes hacer, insistía ella, ante su persistente silencio. Todo lo que hacemos es pensando en vos, en que tengas una vida mejor. No te das cuenta lo difícil que está todo. Como vas a ser contador si andas mal en matemáticas. Aunque tu padre no te lo diga, el sueño de su vida es que un buen día su hijo –ya recibido- continúe la historia familiar del Estudio Contable, como lo hizo él con tu abuelo. Pero a vos se ocurre andar mal en matemáticas. No se como se lo voy a contar a tu padre. Mejor no le digo nada. Le voy a ahorrar una amargura. Voy a llamar a Marita para que te de clases de apoyo y seguro que recuperas. Levantó la vista y vio a su madre que lo llevaba como amarrado a su sudorosa mano y que no paraba de hablar.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Hola, Alberto.
ResponderBorrarMuy buen texto. Me imagino el momento del pequeño, amarrado más que a la mano de su madre a una tradición familiar.
Buen lunes!!
qué buena suerte tienen mis hijas, yo no soy nada, así que ellas podrán elegir lo que quieran ser en la vida
ResponderBorrarbuen día
¿porqué nadie le pregunta que quiere ser? pobre...
ResponderBorrarEstá visto que
ResponderBorrarsolo oye quien
quiere.
Muy bueno.
Besos
es como un raro,no seq? ne se como, ni porq..
ResponderBorrarUFA, espero que haya hecho roquero o barra brava!
ResponderBorrarBeso
Estercita
Madres!!!
ResponderBorrarcuantos olvidos de un solo alguien!
ResponderBorrary lo cuentas así, como si nada.
saludos.