Caminó tres cuadras sin rumbo. Con un frío que penetraba en su cuerpo hasta los huesos. Encendió un cigarrillo y –casi como un reflejo- comenzó a toser. Si no deja de fumar su problema pulmonar puede complicarse, le había dicho el medico. Estoy en eso doctor, fue su respuesta, sabiendo que no estaba haciendo nada. Confió en usted, ya sabe que como paciente no ha sido el más disciplinado y que de nada sirven mis cuidados si usted no pone algo de esfuerzo. Escuchó resignado. Estaba en uno de esos días en los que –si no fuera por el frío- no sentía su cuerpo. El caminar lo aliviaba. Cada tanto respiraba profundamente por la nariz y aguantaba el aire por varios segundos. De lejos se podía ver el vapor que desprendía por su boca. Volvió a toser. Apagó el cigarrillo. Se frotó las manos y sintió como si el sudor le flotara entre los dedos. Ya falta menos, llego a casa y me meto en la cama. Este, es el último invierno que lo paso acá. Pensar que vine solo por tres meses.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Ay!
ResponderBorrarDigo, dejamos el cigarrillo? Me lo planteo todos los días y pucha que poca voluntad en estos días, siempre encuentro un motivo para decir que no es momento...
Porque yo al medico le miento igual. Lo peor es que lo sabe.
Eso no hay que pensar tanto, hay que hacer mas...
Besos.
mi unico vicio es la coca cola ..
ResponderBorrarLa mayoría de las veces el poder del cigarro es más fuerte que las ganas de sanar.
ResponderBorrarBesos
siempre digo lo mismo...no quiero probarlo, vaya que me guste
ResponderBorrarYo ahora mismo tiraría y pisaría el primer cigarro que se me ocurrió probar
ResponderBorrares un compañero... un aliado y un amigo traidor.. pero tenerlo cerca a veces es necesario.
ResponderBorrarse respira soledad por aqui.
te acompaño un rato. =0)
sonrie.