Ir al contenido principal

Madre roca II

Dejamos al zorro en paz y continuamos unos kilómetros más sobre la ruta cuarenta. Estamos felices por lo inesperado del encuentro. Es hora de girar hacia el oeste, bordeando la margen norte del Lago Viedma. Me vuelve a pasar. Siento la adrenalina en mi cuerpo. Su imagen irrumpe sobre la estepa como una muralla natural. Y siento, lo que seguramente a muchos patagónicos nos suele pasar en este momento. Madre roca... padre cielo, tu llanto descansa al pie de los ventisqueros... y cada estrella se posa en tu cima blanca, alumbrando el camino de los silencios, la letra de Hugo Giménez Agüero  vibra en mi interior como una plegaria. La ruta 23 se transforma en un poderoso imán que nos atrae hacia la montaña.

Comentarios

  1. no hay dia en que te vidsite y no me quede impresionada por la majestuosidad de la naturaleza.. esta montaña es preciosa, y el nombre, madre rocva.. woow... PADRE CIELO... woooowwwwwwww!! super!
    esta de fabula.


    gracias por compartirlo.


    un abrazo!

    ResponderBorrar
  2. Simplemente increíble... fantástico, de verdad!

    ResponderBorrar
  3. Que hermoso lugar, increible que halla lugares asi, y gracias por opinar,siempre me ayudan todos los comentarios.
    muy buenas tus fotos,un abrazo y un beso!

    ResponderBorrar
  4. Que montaña tan hermosa. Gracias una vez mas por compartir, estas sensaciones i mostrarnos en todo su esplendor la rica naturaleza de la Patagonia. Abrazos.

    ResponderBorrar
  5. No hay duda que la madre roca
    con su increíble majestuosidad,
    ha sido y es inspiración de
    narradores y poetas.

    Veo que como yo sois un enamorado
    de la naturaleza,cuidémosla.

    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  6. Sonia: gracias a ti por estar presente.

    Susana: Siempre es apreciado tu comentario.
    Vanessa: Por suerte todavia hay muchos lugares así, solo hay que decidirse a descubrirlos y compartirlos.
    Montserrat: No estarás pensando en comprar algo no?
    Marisa: Gracias por la visita y comparto eso de ser mas amables con la naturaleza.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Encuentro

Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...

Miedo

De vez en cuando, la tierra que habito tiembla El sacudón dura unos segundos El miedo a que todo se venga abajo queda, para siempre como una cicatriz que me recuerda la fragilidad de mi existencia 

Sucederme

 Sucedió, sí. y quedó ahí  en mi interior  como algo que no sé decir,  que no puedo explicar,  como un vacío  lleno de silencio  que me habita,  un estar sin estar, un transcurrir en un tiempo que ya no es tiempo siempre al borde de suceder sucederme…