El sendero nos va permitiendo entrar en contacto con el bosque nativo de lengas. A la par de él corre un arroyo cristalino. No imaginamos aun desde donde proviene. A medida que subimos comenzamos a encontrar nieve que la tenue primavera no ha logrado disipar. Un aroma parecido a cuando uno termina de cortar su pasto impregna todo el ambiente. Mis pulmones comienzan a sentir un poco la presión de la altura. Hago una pausa y cuando giro para sentarme sobre un árbol caído, puedo contemplar –a mitad del trayecto- la majestuosidad del paisaje.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
una foto magnifica
ResponderBorrarsensación sin duda de sentirse bien, cómodo entre tanta belleza. Espacios infinitos y anchos donde perder primero la vista y luego los pasos...
ResponderBorrarDe alguna forma yo también percibo la llegada de la primavera, aunque aquí lo que se avecina es el oscuro invierno.
Abrazos.
Y lo grandioso que es el universo...
ResponderBorrarbesotes de esta peke.
pd. te espero por mi rincon con una taza de cafe caliente, siempre que quieras...
No tengo mas adjetivos! soberbia la madre Piedra, desde donde la mires.
ResponderBorrarCon ebrazo con envidia sana.
parece como si fuera un cuadro de anime japones, los colres intensos y puros.. es precioso.
ResponderBorrargracias pro compartirlo.
abrazos
Ohhhhhh, que bonitas fotos y que lejos estoy.
ResponderBorrarUn saludo.