No ha sido fácil levantarse. Las tapas de entrada y el guiso de lenteja rociado con un malbec hicieron lo suyo para que mi sueño tuviera una profundidad que no le conocía. Desayunamos y nos preparamos para regresar. Antes damos una vuelta y nos encontramos con esta hermosa construcción que oficia de templo de Dios. El Dios del colonizador, que ha decretado por los siglos de los siglos la vigencia de este espacio como el lugar en donde lo espiritual puede trascender. El templo artificial a los pies del templo natural. Pienso en todo lo que el hombre a destruido para imponer a su Dios y en lo noble y generosa que se nos ofrece la madre naturaleza como santuario para que nos demos una oportunidad de encontrarnos con nosotros mismos. Levanto mis ojos hacia la montaña y agradezco, no de rodillas, de pie, este ritual me quiere caminando.
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
La construcción esa tapa la belleza de la montaña ....
ResponderBorrarNoesperesnada,tu pequeño comentario me ha posibilitado entrar a tu blog y ver tus escritos..
ResponderBorrarMe han gustado muchísimo. Y estoy de acuerdo en que la Naturaleza es la morada y la paz de Dios..
Los conquistadores eran humanos y cometieron muchos fallos..El hombre arrasa par conseguir objetivos..
Y otros hombres,descendientes de los mismos conquistadores tratan de reparar,ayudar y compensar como son miles de médic@s,religios@s y misioner@s,que se entregan, sin obtener beneficio económico..
Hemos de tener todo en cuenta.
El hombre ha de ser equilibrio entre sus dos naturalezas,la humana y la divina.
Mi felicitación por tus preciosos escritos y puedes volver cuando quieras,siempre serás bien recibido.
Mi abrazo.
M.Jesús
Hola, gracias por pasar.
ResponderBorrarMe gustaron tus palabras. A veces me pasa lo mismo, pero lejos de las montañas.
Besos
parece esta iglesia o templo o lo que sea como si estuviera hecha de cartoncillo, el color y la textura me da esa impresion... el paisaje de atras.. una cosa increible... me da frio nada mas de imaginar estar ahi, me da.. hasta hambre.. unas lentejitas no vendrian mal ;0)
ResponderBorrarbesitos
Qué bonitos los findes dedicados a la comida y a las caminatas!
ResponderBorrarBesicos
me encantan tus textos y tus fotos , veo que donde vives no es tan distinto de donde vivo yo ...de las iglesias prefiero no opinar , está claro que quien quiera hablar con su dios no necesita templos .
ResponderBorrarun beso :-)
Me gusta el calado de lo que escribes, la excelencia de tus letras.
ResponderBorrarMuy bueno, nada por decir ni por agregar. Simplemente muy bueno
ResponderBorrarQue bonita la iglesia, hace unos años estuve en Tierra del Fuego, me llamaron mucho la atención las construcciones, sus materiales y el colorido, realmente pintorescos. Nunca olvidaré el imponente paisaje de la cordillera que pude apreciar desde el avión, era un día especialmente luminoso y el cienlo más azul que vi en mi vida. La naturaleza es poderosa en esa región. Un abrazo!
ResponderBorrarHola!
ResponderBorrarMuchas gracias por pasarte por mi blog, el tuyo me ha gustado mucho, así que volveré por aquí si me lo permites ;)
Un abrazo
Parece casi un trabajo infantil hecho de carton y palillitos. Que tierno.
ResponderBorrarMe gusto mucho tu narracion, tienes una manera realmente especial de expresarte.
Mil besitos!!!
Siempre es bueno estar en el camino...
ResponderBorrarUn beso.
Fascinante tu blog! Ya entro en confianza y te digo que después de esa buena comida y delicioso vino, también dormiría como una diosa.
ResponderBorrarSueño con conocer ese templo natural que pisan tus pies y levantar mis ojos hacia esa montaña y agradecer, como la naturaleza manda.
Gracias por compartir tus reflexiones y la belleza.
Estercita
Qué lugares más fantásticos! El malbec fue el culpable, pero que rico que es!!!!!
ResponderBorrarGracias por visitarme.
UN ABRAZO!!
Pues a mi me gusta ;)
ResponderBorrarEs una hermosa capilla en un lugar también hermoso. Será que soy optimista?
Un abrazo
Calafate.............
ResponderBorrar!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No puedo morir sin ir.......
preparando viaje........
nunca estuve ahi cuando la religión era multitud de imágenes y sentidos. quizá no era religión, tenía otro nombre. mito, rito, cosmovisiones... luego tanta histeria en el nombre de dios, el estado. aunque, por lo que veo, en los rincones del sur, del fin del mundo, la naturaleza es máxima frente a la nimiedad de dios.
ResponderBorrarAlberto gracias por visitar mi rinconcito yo me quedo por aquí en el tuyo si me lo permites y bue...creo que me he perdido esta historia que esta como avanzada pero aja seguiré por aui chismeando ;)
ResponderBorrarUn abrazo
Yo soy de playa, calentita y distraida por su gran fauna
ResponderBorrarGracias por tu visita
hola! recien estoy regresando de mi ausencia y encontré un comentario en mi blog, gracias por leerme y gracias por la espera, por cierto.. que es lo que no entiendes? tu preguntas y yo contesto vale! besotes!!!
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