A no desviarse del sendero Madre e Hija, parece ser la consigna y a uno se le disparan todo clase de especulaciones ¿Que habrá en este trayecto al que han denominado con tanta carga emotiva? ¿Cuantas hijas se habrán sentido interpeladas por esto que no llega a ser una consigna pero que está como latente en la antesala del paraíso? ¿Habrá en el trayecto un sendero hija que decide ser solo sendero hija?
Estaba sentado en la confitería de la terminal. Lo reconocí, aunque no había leído hasta ese momento ninguno de sus libros. Era Peña, el escritor, Héctor Rodolfo “Lobo” Peña. Había escuchado hablar de él, de sus premios y de la Trágica gaviota patagónica, su libro más mentado. Nos saludamos con un ligero movimiento de cabeza y, sin decir nada, seguí con mis cosas. Pasaron más de veinte años de ese momento. Peña ya no está entre nosotros. A mí me quedó la imagen solitaria, como ensimismada, de él, sentado en la confitería; y me quedaron sus libros, los que, a medida que fui leyendo, fueron incrementando mi entusiasmo por su producción literaria. Incursionó en todos los géneros y en todos lo hizo con la misma vocación: la de ser fiel a su estilo. Los pájaros del lago fue el primero que leí. La trama tiene todos los condimentos de thriller. La historia me atrapó desde la primera página. Ambientada en la zona del Lago Argentino, los personajes y los lugares en los que acontecían los he...
Qué nombre tan enigmático!
ResponderBorrarCuando concrete mis vacaciones programadas, que incluyen conocer tu localidad, te cuento!!
ResponderBorrarGracias por tu visita a mi Ciudad!
Abrazos!!