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Casualidad-Causalidad

No es casual, que las acciones comunitarias más importantes que en los últimos tiempos se generaron en la comunidad, conflicto docente al margen, terminaran desembocando en el Concejo Deliberante.

Por un lado, la problemática del transporte público, que ya lleva más de tres años sin resolverse.

Aquí, el hecho de que las incipientes Juntas Vecinales, se hayan inmiscuido en la Junta Municipal de transporte, me tomó por sorpresa. Aún no alcanzo a interpretar sus consecuencias.

Está claro que dicha participación implica ampliar el campo de decisión política y achicar el margen de maniobra de los negociados cortitos a los que están acostumbrados en el municipio.

Y que la misma es el resultado de la presión comunitaria, que exigió estar en el espacio de decisión, para darle transparencia al proceso de adjudicación de un “servicio público”. Lo que implica, anteponer la necesidad de la gente, por encima del negocio económico.

Por eso, no es casualidad, que el representante del sector comunitario haya elegido al Concejo Deliberante como el único espacio aun disponible para manifestar su desacuerdo con la metodología cuasimafiosa instrumentada desde el municipio, para quedarse con un negocio a costa de una necesidad de los vecinos.

Por otro lado, el trabajo presentado por Calafate Natural en Concejo Deliberante, en el que se confirma lo que todos ya sabemos. Es decir, que el recurso hídrico local está contaminado y que como el arroyo es parte de una cuenca hídrica mayor, todo lo que ella implica, es decir, la bahía redonda, la laguna Nimes, y el lago argentino, sufren en mayor o menor medida el impacto de esa contaminación.

Y que, como todos sabemos, la posibilidad de que esta cuenca hídrica sea la incubadora de muchos de los males que afectan a la población, no es solo imaginación, sino que es más que probable que esto sea así.

Y no fueron los miembros de la ONG a pedirle nada al Intendente Municipal, ni al Diputado por el Pueblo, fueron al Concejo Deliberante, a hacer escuchar su voz y a exigir la implementación de un plan de manejo y de un sistema de monitoreo y de acciones para remediar el daño hecho por la falta de previsión de las autoridades locales.

Ahora bien, no nos confundamos, no es que nuestros concejales se hayan transformado en la máxima expresión de la representación comunitaria, no es que de un día para otro los vecinos organizados de la ciudad, hayan recuperado la confianza en nuestros ediles y se olviden de lo que cada uno haya hecho en estos últimos años. No. Lo que me parece que está pasando, es más interesante y tiene que ver con el futuro inmediato, con la forma en que la gente cree que debemos comenzar a funcionar.

Sería como si hubiera una intención de recuperar el espacio de participación y de la representación, para ponerlos en valor.

 Y, a partir de ahí, decirnos como comunidad, que ya no alcanza con elegir representantes. Que necesitamos comenzar a involucrarnos un poco más. Que, como decía el General, “los compañeros son buenos, pero si los cuidamos son mejores”. Y que, seguramente, los futuros concejales y el futuro Intendente Municipal serán buenos vecinos, pero si estamos un poco más cerca, serán mejores funcionario y también será mejor la comunidad que elegimos para vivir.


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