jueves, agosto 02, 2007

Cartas de amor para el dolor de no quererse

Una experiencia de intercambio de cartas entre adolescentes que se encuentran en proceso de rehabilitación de adicciones en una institución de Bariloche y estudiantes del secundario en El Calafate dio pie al enriquecimiento de su autoestima y se tradujo en un libro que fue publicado por Carlota von Gebhardt, quien las recopila y comenta


El dolor profundo de no poder quererse ni valorarse a sí mismos y de sentirse excluidos de la sociedad o la familia por ser considerados siempre un "problema" está presente frecuentemente durante la adolescencia. Tanto más desgarradora, esa idea mina los esfuerzos de recuperación de los jóvenes o aun niños que han caído en adicciones.
Decenas de cartas escritas por adolescentes de 12 años en adelante y hasta adultos, internados en un centro de rehabilitación de Bariloche, y respondidas por estudiantes secundarios de El Calafate son el conmovedor testimonio reunido en un libro de Carlota von Gebhardt que las recopila y comenta. Lo hace desde el particular lugar de ser quien dicta talleres de reflexión en la institución Asumir, dedicada a la recuperación de adicciones, y de haber desarrollado la misma actividad durante cinco semanas con chicos de la turística localidad santacruceña.
El intercambio epistolar se concretó luego en el libro "Adictos" y lo sorprendente es que hubo casos de estudiantes de El Calafate que a partir de la experiencia aceptaron su condición de adictos y comenzaron con su rehabilitación.
La idea del "soy" como concepto central es el fundamento de la tarea de Carlota en los talleres porque advierte en los chicos la ausencia de sentimientos positivos hacia sí mismos. "Y veo qué pasa cuando ellos van incorporando la idea de un yo enaltecido, relevante: 'Que no soy en la medida de lo que los demás opinan de mí sino de lo que yo siento y de la opinión que tengo de mí mismo".
Ese fue el germen inspirador de las cartas con que Carlota viajó a El Calafate para trabajar en los secundarios. "Leerlas me hizo dar cuenta que lo que le pasa a los chicos, le pasa a los grandes también, casi tenemos los mismos dolores; cambia la escenografía, la ropa, algunos detalles, pero el sentimiento es muy parecido entre todos".
Lo valioso de las cartas es que están despojadas de toda valoración externa. "Las escribieron desde su lugar más sagrado", remarca, y sin conocerse ni saber a quiénes iban dirigidas, desde El Calafate surgieron demandas como "me gustaría tenerte de hermano mayor para que charlemos"
Los textos, en su transcripción al libro, fueron respetados tal cual el original, lo que agrega espontaneidad al testimonio.
Por ejemplo, S. de 17 años, escribe: "Bueno hola yo soy S. de..., de la Probincia de Neuquén estoy en Asumir ase 18 días por Problemas de drogas y halcol yo empecé a consumir de los 12 años y llego el momento de cambiar para mí. Pero si alguno quiere cambiar, cual quer tiempo es Posible, y se van a dar cuenta que es mejor en todas las cosas ygual nadien le pone un fierro en la cabesa para que cambie, es decisión de uno. Tenganlon en la mente. Chau Grasias".
O esta otra, que es una respuesta: "Yo soy M., vivo en Calafate. Y tubimos con Carlota q' no conto todo sobre ustedes y leimos cartas de ustedes y son muy tristes. Y buem yo tengo 13 años y quiero que ce recuperen rapido... y q'isiera q' ceam mi hermano mayor. El reem  go"
Carlota von Gebhardt alerta sobre el problema de las adicciones con niños de 8 años alcohólicos y de 9, que consumen "paco". "Los chicos me cuentan que hay chiquitos de 5 que están con la bolsita porque tienen hambre y se lo quita, o tienen frío o los padres no vuelven de hace días porque están drogados en otro lugar".
Trabajar en los talleres de reflexión en Asumir es posible, dice, con quienes tienen todavía despiertos sus cerebros. Sin embargo, lamentablemente "hay chicos que no, que lo tienen quemado; pero ojo que esos cuerpos siguen funcionando y no tienen piedad, no tienen conciencia, se alejaron de la diferencia entre bien y mal, son los mismos seres con que tus hijos van a convivir y vos vas a convivir. Estamos jugando (como sociedad) con algo que es gravísimo, el 'paco' hace eso".

Fuente:www.rionegro.com.ar

Zafar

-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...